Sin embargo, todavía no hemos tratado una parte muy importante, el cómo pueden afectar dichas situaciones al personal sanitario que atiende a los heridos en las emergencias sanitarias. Una persona que trabaje con heridos de todas consideraciones, quemados, accidentes múltiples... que pueda presenciar la muerte en directo de personas a las que esté intentando socorrer, o que tenga que manejar cadáveres, obviamente se verá afectado a nivel psíquico, y no existe ningún entrenamiento que te pueda prevenir completamente de los efectos de tu futuro trabajo. Aún así, a lo largo de esta unidad de trabajo intentaremos darte algunas pautas para minimizar el impacto traumático que puede suponer esta actividad.
Pero, ¿cómo te puede afectar todo esto? La afección por las situaciones a las que te vas a enfrentar puede afectar a varios aspectos de tu vida, no solo al desempeño de tu trabajo, sino que también puede afectar a tu salud, a tu vida familiar y espiritual.
La situación traumática a la que te vas a enfrentar diariamente, puede producir una serie de reacciones emocionales, cognitivas, conductuales y fisiológicas que pueden ser evidentes en el momento de la actuación o pueden actuar con posterioridad, al retornar a tu rutina laboral y familiar. De hecho, en algunos casos se ha detectado que todas estas situaciones pueden desembocar en un consumo abusivo de alcohol u otras drogas.
Posibles trastornos psicológicos
Debido al estrés laboral al que estás sujeto, puedes desarrollar diferentes trastornos psicológicos que afectarán tanto a tu desarrollo profesional, como a tu vida cotidiana. Así, estos trastornos psicológicos, también llevan aparejadas unas repercusiones físicas que mermarán tu calidad de vida.
Aunque no entremos a estudiar en profundidad estos trastornos ya que la mayoría los has estudiado en unidades anteriores, vamos a citar los siguientes:
¿En que consiste el síndrome del burn-out? Simplemente es una forma extrema de estrés laboral, que se produce en aquellos profesionales que tienen un trato directo con la población, y que normalmente requieren una fuerte implicación personal y emocional. Así este síndrome se ha descrito en maestros, médicos, enfermeros, policías, bomberos, asistentes sociales y por supuesto en técnicos de emergencias sanitarias.
El síndrome del quemado consta de cuatro fases de desencanto, en el que el trabajador poco a poco sufre una desadaptación continuada al medio laboral llegando a sufrir agotamiento físico, emocional y psíquico.
Estas cuatro fases serían:
1. Entusiasmo. Un técnico cuando se incorpora a un trabajo llega con gran entusiasmo y grandes expectativas. No escatima esfuerzos y puede llegar a focalizar sus proyectos y su vida a través de su trabajo.
2. Estancamiento. Debido a las situaciones que vive, el técnico observa que, ya sea debido a las instituciones o a sus propias capacidades personales, todos sus esfuerzos no tienen el resultado que desearía y que había supuesto en un principio. Este desencanto es difícil de percibir por parte de los compañeros ya que normalmente es un proceso lento y los cambios se suelen atribuir al carácter del individuo.
3. Frustración. El técnico prueba nuevos métodos de actuación con los pacientes para intentar compensar la carencia de resultados ideales. Normalmente si estas nuevas técnicas no son efectivas, el técnico entrará en picado en la siguiente etapa: apatía.
4. Apatía. El individuo no abandona su puesto de trabajo, pero se limita a hacer lo mínimo. Su humor cambia drásticamente convirtiéndose en una persona apática, agresiva y con un humor negro desagradable. Si acepta ayuda psicológica, su recuperación será lenta y dificultosa.
En primer lugar, es conveniente conocer los factores de riesgo que existen para el desarrollo de estos trastornos psicológicos, ya que si los conoces puedes evitarlos, en la medida de lo posible, y por tanto evitar muchos de los problemas de tu futuro trabajo. Estos factores de riesgo son muy variados pero se pueden clasificar en los siguientes tres puntos.
Factores de riesgo personales
Factores personales. Las diversas situaciones a las que te enfrentes te afectarán de forma diferente según te encuentres personalmente; es decir, si estás en una etapa positiva de tu vida o estás afectado psicológicamente por algún problema personal como puede ser la pérdida de un familiar. Algunos de estos factores personales a los que nos referimos podrían ser:
- Tu personalidad. Ya hemos hablado a lo largo de muchas veces como ésta afecta a la interpretación de situaciones y por tanto a que esta situación se convierta en un estado de ansiedad para ti o no.
- Estados previos de estrés por problemas que no tengan nada que ver con la situación de emergencia. Un estado psicológico alterado se puede producir por una situación de estrés muy fuerte o por el cúmulo de varias situaciones, aunque estas no sean tan estresantes; así, si debido a situaciones personales, ya tienes cierto grado de estrés, cualquier actuación que en principio no te debería suponer ningún trauma psicológico, puede serlo por acumulación de estrés.
- La edad: Las personas jóvenes son más propensas a sufrir problemas emocionales. Piensa que la edad también influye en el desarrollo de la personalidad, y por tanto, puede que en personas de menor edad sus mecanismos de defensa no estén tan desarrollados como en personas más adultas.
- Si la situación de emergencia te afecta a ti como sanitario directamente, por ejemplo, cuando llegas al lugar del incidente ves a algún ser querido herido o algún conocido, esto aumentará tu estrés. Así, si durante tu intervención quedas herido y tienes que ser evacuado, esto te producirá frustración.
- El orden de llegada al lugar también afectará al nivel de estrés. Está demostrado que aquellas personas que llegan en primer lugar al lugar de los hechos sufren un mayor estrés que las personas que llegan más tarde.
Factores de riesgo interpersonales
Siguiendo con el punto anterior, además de los factores personales, existen también los factores interpersonales, es decir, como te podría afectar la interacción con otras personas en la atención de una emergencia sanitaria y por qué esto te puede suponer estrés. Estos factores interpersonales son:
- En primer lugar, podríamos agrupar a todos los seres queridos, es decir, familia, amigos, etc. Este grupo puede generar estrés por dos vías, una de ellas, sería la posible separación en caso de que te tengas que desplazar a otro lugar. Por ejemplo, como ocurrió en el terremoto de Haití (2010), en el que efectivos españoles especializados se desplazaron a dicho país para atender a las personas afectadas. Aparte de la separación de tus seres queridos, también hay que tener en cuenta que hablar con gente cercana puede ser una vía de escape para la ansiedad que puedas sufrir, y al cortar esta vía, se corta también la vía de escape. Otro punto a tener en cuenta es la confrontación entre las responsabilidades laborales y las familiares que también son generadoras de estrés.
- Aquí podríamos agrupar a todas aquellas personas con las que en principio no tienes ninguna relación pero que durante tu actuación interaccionarán contigo. Aquí, incluiríamos, por un lado, a todos los curiosos que se pueden agrupar alrededor de las víctimas y que pueden ejercer cierta presión sobre ti y por tanto sobre tu actuación. Y por otro lado, pueden existir otro grupo de personas que también ejerzan cierto grado de presión, como por ejemplo, sería en el caso de conflictos bélicos, donde la presencia de grupos armados ejerce también un gran estrés.
- Tampoco podemos olvidarnos de los compañeros que nos ayudarán a resolver las situaciones de emergencia. Es muy importante que el grupo de acción se encuentre cohesionado y que te sientas integrado totalmente en él.
Factores de riesgo propios de la emergencia
Por último, al hablar de factores de riesgo que puedan ocasionar estrés en grupos de emergencia, no podemos olvidarnos de los factores propios de la emergencia sanitaria a la que te enfrentes. Las características de estas situaciones serán más o menos estresantes dependiendo de:
- Duración del desastre, cuanto más se alargue en el tiempo, más afectará tanto a la población como a los equipos de respuesta.
- Las emergencias que se producen por la noche provocan más víctimas y problemas emocionales. La respuesta inicial de la población es más lenta y dificulta la evacuación.
- Las situaciones que generen una amenaza a la integridad física de la población y de equipos de respuesta, como por ejemplo, una guerra.
- Tipo de desastre. Aquellos que no podemos ver, como un escape nuclear o de gas generan más estrés, puesto que se piensa que es más difícil de controlar. Así, los desastres naturales con peligro de replica, como los terremotos o maremotos, son una mayor fuente de estrés debido al posible riesgo.
- Estímulos traumáticos. Aunque a lo largo de tu futuro profesional como técnico en emergencias sanitarias aprenderás estrategias para evitar quedar inmovilizado por las escenas de una emergencia, existen algunos estímulos que pueden afectarte seriamente, como por ejemplo:
- Estar en contacto con las víctimas durante mucho tiempo. Piensa que durante tu
actuación pueden morir alguna de estas víctimas. - La presencia de un gran número de cadáveres, en especial si están mutilados o se
encuentra algún conocido tuyo entre ellos. Piensa por ejemplo, que no es lo mismo
atender a dos personas que han sufrido un accidente de coche que a las víctimas del
11-M durante los atentados del metro en Madrid. - Hallar cadáveres de niños, en especial si se tienen hijos con edades similares. El
personal sanitario tiende a identificarse con ellos.
- Problemas de organización: Son los provenientes de la estructura organizativa en la cual interactúa el trabajador:
- Falta de áreas de descanso para los técnicos sanitarios o carencia de servicios
básicos en dichas áreas, como zona para el aseo personal,... - Fracaso en la misión, si debido a la organización seguida, la misión que se estaba
efectuando fracasa, esto supondrá un gran estrés, ya no solo por el fallo, si no por la
sensación de que si se hubiera actuado de una manera diferente, se podrían haber
llevado a cabo con éxito. - Falta de reconocimiento de su labor. Los equipos de rescate suelen ser bastante
sensibles a estos reconocimientos, y no hablamos de tipo económico, sino de tipo
meritorio. - La interacción de varios equipos diferentes. Si estos no se organizan bien, o cada uno
de ellos tiene una forma diferente de trabajar, puede que se entre en conflicto entre si.
Señales de afectación psicológica en el personal sanitario
¿Por qué es importante reconocer el propio estrés que puedes sufrir y actuar sobre él? Este estrés puede tener muchas consecuencias, y aunque a priori puede parecer que esto jamás de va a afectar a ti, por tu labor profesional existen muchos riesgos a los que estás sometido. Además, aunque no te afecte a ti, puede que si lo haga a alguno de tus compañeros y que necesiten de tu apoyo.
Pero, ¿cómo puede afectarte este estrés laboral?; A grandes rasgos podemos diferenciar dos ámbitos:
1. El ámbito laboral: en el que se producirá:
- Deterioro en la calidad de tu trabajo.
- Absentismo laboral.
- Menor implicación en el trabajo.
- Aumento de los conflictos con los compañeros.
- Conflictos con la pareja u otros familiares.
- Aislarse para no implicar a la familia en los conflictos laborales.
- Volcar tus emociones negativas en la familia, cosa para la cual muchas veces no están preparados.
Manifestaciones de la afectación psicológica
Ya hemos visto los factores de riesgo que pueden provocar una afectación psicológica en los técnicos de emergencia sanitaria y en que consiste el síndrome del quemado o de burn-out, pero, ¿cómo reconocer estos estados psicológicos alterados?, y además, ¿cómo debemos reaccionar ante la presencia de un compañero con este estado alterado?
Esta afección en los equipos de rescate se pueden observar a partir de diferentes manifestaciones, que podemos clasificar como:
- Físicas
- Cognitivas
- Conductuales
- Emocionales
En caso de que las manifestaciones que presenten sean manifestaciones más leves, las cuales no requieren atención inmediata, se recomienda un repliegue a una zona de descanso acompañado de apoyo psicológico o la inserción en un programa de actividades preventivas de manejo del estrés posterior al incidente traumático.
Cuidados en la salud mental de los técnicos en emergencias sanitarias: Actividades preventivas
La mejor manera de atajar una afección psicológica por parte del personal sanitario es prevenirla. Existen diferentes pautas o actuaciones que pueden disminuir el estrés de los técnicos sanitarios y prevenir así, las posibles alteraciones que se pueden sufrir.
Estas actuaciones preventivas, las podemos clasificar en tres puntos:
- Actividades antiestrés.
- Alimentación.
- Actividad física.
- evaluaciones de salud mental, reconocimiento de estados alterados de personas afectadas por el estrés laboral,
- autocuidado de la salud mental y pautas de actuación ante la presencia de compañeros con cierto grado de estrés.
- También sería recomendable que estas actividades incluyeran a la mayor cantidad de personas posibles, desde los trabajadores en tele-emergencias, a los familiares de los sanitarios, ya que esto ayudaría a prevenir los conflictos familiares y a involucrarlos en el conocimiento del trabajo que realizan estos equipos y el estrés al cual están sometidos.
2. Alimentación. La alimentación es muy importante para el personal involucrado en la atención sanitaria, y en especial, si esta actuación se prolonga en el tiempo. Así, existen ciertas recomendaciones a tener en cuenta:
- La ingesta de cafeína de muy típica en situaciones de emergencia para mantenerse alerta, sin embargo, esta puede provocar un aumento de la presión sanguínea y del ritmo cardiaco, así como nerviosismo, irritabilidad, dolores de cabeza o diarrea. Se considera excesiva cualquier cantidad superior a 250 mg. de cafeína al día, y teniendo en cuenta que cada taza de café tiene como término medio 110 mg, es fácil superar estos límites. También hay que tener en cuenta que existen otros productos que puedan tener cafeína o componentes con el mismo efectos como pueden ser las bebidas de cola, el té o el chocolate.
- Así, se recomienda no abusar o incluso evitar el consumo de estos productos.
- Durante los periodos de estrés agudo, se requiere un refuerzo adicional de vitaminas B y C, con lo que se recomiendan aumentar las cantidades de estas vitaminas, ya sea por complementos vitamínicos o por aumento de consumo de alimentos con estos nutrientes, como pueden ser frutas y verduras. Se recomienda un aumento de la ingesta de líquidos, preferiblemente con un aporte extra de electrolitos, como pueden ser las bebidas isotónicas o los zumos naturales.
- Se recomienda una dieta rica en calorías para compensar el sobre esfuerzo en las situaciones de emergencias, pero por otro lado, se recomiendas comidas de fácil digestión, ya que la distribución de la sangre, dirigida sobre todo a los músculos y al cerebro, dificultan la digestión. Así, se recomienda una dieta baja en grasas y ligeras, comer varias veces al día y evitar las comidas copiosas y enriquecer la dieta con frutos secos y frutas.
- Evitar el consumo de alcohol.
- Así, también es recomendable practicar ejercicio tras un periodo de servicio, ya que no es recomendable dormir de inmediato. Tras un estado de estrés, en el que se segregan sustancias como la noradrenalina (la cual hace más vulnerables a las personas con respecto a emociones como el miedo y la cólera), la actividad física ayudará a su metabolismo.
Salúd mental en situaciones de emergencia
En la actuación que puedes realizar ante una emergencia sanitaria tienes que tener claras ciertas pautas que previenen, a ti y a tus compañeros/as, de posibles afecciones psicológicas. Un resumen de
estas pautas sería:
- Procura poseer toda la información posible sobre lo acontecido y compártela con tus compañeros/as.
- En actuaciones de larga duración, los técnicos (así como cualquier personal sanitario), deben tomar un tiempo de descanso para evitar la fatiga emocional y los errores.
- En los cambios de turnos, se debe establecer una reunión entre los dos turnos para intercambiar información sobre lo ocurrido. Esta reunión no tiene por que ser solamente técnica, sino que es conveniente que se expresen sentimientos personales de cada uno de los participantes.
- En actuaciones alejadas del domicilio familiar, es importante mantener el contacto con los amigos y familiares. También es recomendable portar fotos o algún tipo de recuerdo familiar durante estas actuaciones.
- El que un técnico se vea integrado en el equipo de trabajo le protegerá contra los efectos negativos del estrés, por lo que es fundamental este aspecto.
- Como ya hemos comentado, tu actuación siempre debe ir acompañada de otro miembro del equipo. Ambos los debéis vigilar ante las posibles manifestaciones de estrés y así daros aliento mutuamente, recordaros las horas de descanso, la toma de alimentos, etc.
1. Apartar al técnico afectado del lugar del trabajo hasta un lugar sin estímulos agresivos.
2. Preguntarle por su estado.
3. Siempre debes realizar una escucha activa.
4. Hacerle ver que la situación por la que pasa es totalmente normal.
5. Proporcionarle el apoyo que necesita y elogiar su esfuerzo.
6. Proporcionarle un descanso (al menos de media hora) y si se estima oportuno, cambiarle la tarea para la que estaba asignado.
Cuidado de la salud mental al retorno de una intervención
Ya has estudiado las pautas preventivas para el cuidado de la salud mental, así como las pautas pertinentes durante la actuación para evitar afecciones psicológicas. Este punto, se dedica a ciertas
pautas de actuación que son recomendables tras la intervención en una emergencia sanitaria y que puede ayudar a reducir el estrés.
- A algunas personas les resulta de gran ayuda escribir relatos sobre los acontecimientos vividos. Esto permite valorar lo sucedido y darle sentido a las labores que realiza. Además, es una manera de expresar los sentimientos para aquellas personas que por su personalidad les puede costar un poco más esta expresión. Por todo ello, se recomienda a todo técnico que se lleve un diario sobre las actuaciones que realiza.
- Evitar el consumo de alcohol u otras drogas; si sus efectos iniciales son estimulantes, el efecto final es depresor y puede originar un recuerdo masivo de los aspectos negativos de la intervención y por consiguiente el malestar psicológico.
- El apoyo de la familia y la comprensión por parte de esta de los riesgos del técnico es fundamental para tu bienestar psicológico. Por eso se recomienda que la familia acuda también a las actividades antiestrés que pueden ser organizadas. Es fundamental que las familias conozcan a todo el estrés que puedes estar sometido y que al menos tengan una escucha activa.
- Existen gran cantidad de técnicas de relajación que pueden ayudarte a liberarte de gran parte del estrés, aunque estas no son recomendables cuando has de continuar con intervenciones sanitarias en poco tiempo.
- Primero colocaremos las manos sobre nuestro abdomen.
- Inspiramos aire por las fosas nasales, lenta, suave y profundamente. Al hacerlo desplazaremos nuestro diafragma hacia abajo. Si lo hacemos correctamente, nuestro abdomen se hinchará y las manos ascenderán visiblemente.
- Retén el aire durante unos segundos.
- Suelta lentamente el aire por la boca mientras que el diafragma vuelve a su posición original y las manos descienden. Algunos autores recomiendan que durante este paso, mientras que se suelta el aire se evoquen pensamientos positivos o incluso se susurren en voz baja. Por ejemplo, puedes pronunciar la palabra "relax" mientras que liberas el aire para evocar este estado.
- Una vez vaciados los pulmones se espera unos segundos antes de iniciar de nuevo el ciclo aquí expuesto.
Además de los aspectos que hemos visto en el punto anterior, existen varias técnicas psicológicas que se pueden aplicar tras una intervención en una emergencia sanitaria que pueden ayudarnos a eliminar parte del estrés, mediante un procesamiento de los aspectos emocionales, educación preventiva y procesos de apoyo.
Aunque en este apartado vamos a estudiar dos de ellas, los cuales están muy relacionados entre si, hay que dejar claro que estas técnicas han de ser guiadas por uno o varios profesionales (psicólogos),
y que su uso indiscriminado en ocasiones se ha demostrado que puede llegar a ser incluso contraproducente.
Dos de las técnicas más utilizadas son el debriefing y el defusing (versión abreviada del debriefing).
DEBRIEFING
Es un método grupal desarrollado por Jeff Mitchell (1986) durante los años 70-80 en la Universidad de Maryland. En la actualidad no existe un modelo unitario, ya que ha derivado en varias versiones, y dependiendo de muchos factores se utilizará uno u otro. Incluso no existe unanimidad respecto a la idoneidad de su uso ni en el cómo usar este método entre los diferentes autores.
Este método consiste en que, conducidos por dos o más psicólogos, se estructuran grupos de 6 a 15 personas y se realizan una o varias sesiones de una a cuatro horas. En estas sesiones se pretende abordar las experiencias vividas durante la intervención desde un punto de vista conductual, cognitivo, emocional y educacional, y siempre desde la perspectiva individual de cada participante.
En su versión original, se recomienda posponer el debriefing entre 24 y 48 horas después de la actuación, ya que en las primeras 24 horas puede existir una activación emocional desmesurada por parte del técnico.
¿Cuál es su objetivo? A grandes rasgos diremos que se trata de un método que hace que los participantes exterioricen sus emociones, lo que les ocurrió durante la actuación sanitaria, cómo les ha afectado, y lo que significa para ellos. Así, se pretende conseguir:
1. Normalizar las reacciones emocionales del técnico.
2. Reducir el impacto de la actuación sobre el técnico.
3. Enseñar las diferentes reacciones "normales" y las "anormales".
4. Reducir ansiedad. Educar sobre técnicas de afrontamiento.
5. Acelerar la vuelta al normal funcionamiento del técnico.
6. Dinamizar el apoyo grupal.
7. Ofrecer ayuda profesional, siempre y cuando así lo crea oportuno el psicólogo.
Una vez visto en que consiste el debriefing y los objetivos que se persiguen con este método, vamos a analizar las fases de las que consta, aunque estas pueden variar de un modelo a otro. En general nos referiremos a seis fases:
1. Introducción: Durante esta fase se te explicarán las normas del método, las cuales no se deben romper en ningún momento y que serán supervisadas por el equipo de psicólogos que dirija el debriefing. Estas normas son:
- Hay que dejar claro que esto no es una terapia, sino una técnica de control de estrés y de educación preventiva.
- Todo lo que se trate en el grupo se considera confidencial y por tanto no se expondrá fuera de este, exceptuando las amenazas de suicidio o de agresión.
- Sólo se hablará en nombre propio, de tus emociones, tus sensaciones y tu actuación durante la intervención.
- No se permitirán críticas operacionales ni juicios hacia otros compañeros.
- Toda persona tiene derecho a hablar o de permanecer en silencio según lo crea él oportuno.
- En el grupo de trabajo no existirán rangos y todos serán tratados por igual independientemente de su cargo: médico, enfermero, técnico, etc.
3. Fase cognitiva: Se os pedirá que expliquéis y comentéis lo que habéis pensado durante la intervención.
4. Fase emocional: Una de las partes más importantes de método, aunque también una de las más complicadas, ya que se os solicitará que expliquéis vuestros sentimientos vividos durante la intervención, es decir, que pongáis nombre a vuestras emociones.
5. Fase educacional: el psicólogo explicara las reacciones normales ante lo vivido y que pueden ir apareciendo durante los días posteriores: problemas para conciliar el sueño, pesadillas, etc.
6. Fase de reentrada: Se recuerda el ofrecimiento de ayuda o la posibilidad de contacto individual con el psicólogo.
DEFUSING
Consiste en una técnica muy similar al debriefing, pero abreviada en el tiempo, ya que en vez de 1-4 horas, esta técnica durará entre 20 y 45 minutos y consistirá en una sola sesión y no en varias como puede ser el debriefing, aunque si que existirá un seguimiento al menos 2 ó 3 semanas después.
Los objetivos que se persiguen y la forma de actuar serían exactamente igual que en el debriefing.
Una de las diferencias es que muchas veces se suele usar justamente después del incidente y no 24-48
horas más tarde como se recomienda en el debriefing.
Suele usarse para grupos reducidos e incluso a veces de forma individual y no grupal, aunque esta base individual se encuentra hoy fuertemente criticada.
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