Un vehículo sanitario si está realizando un servicio de emergencia es considerado un vehículo prioritario según la legislación vigente. La conducción, la circulación y estacionamiento de la ambulancia los llevaremos a cabo según prevé la normativa reguladora.
Hemos de tener presente que los Técnicos en Emergencias Sanitarias (TES) somos, por disposición legal, los máximos responsables de la seguridad del vehículo y de sus ocupantes. Es por lo que la conducción ha de tener la finalidad de garantizar al máximo la seguridad de nuestro equipo asistencial, del paciente y de los demás usuarios de la vía pública. Los ocupantes del vehículo han de atender y respetar las decisiones del conductor. La seguridad global también implica el mantenimiento del vehículo, las actuaciones y comportamientos que tengamos en el interior del vehículo y las actuaciones asistenciales que llevemos a cabo.
Seguridad vial
¿Qué es la seguridad vial?
Llamamos seguridad vial a la prevención de accidentes de tránsito o a la minimización de sus efectos en caso de que ocurra. Engloba las actuaciones, normas e intervenciones que se llevan a cabo para reducir los accidentes de tránsito.
El principal elemento en la seguridad vial es la responsabilidad de los usuarios de la vía pública. Para disminuir la siniestralidad en las carreteras hay unas normas reguladoras de la seguridad vial.
¿Cómo afecta a nuestro trabajo como técnicos en emergencias sanitarias?
Nuestro trabajo en emergencias sanitarias supone un importante número de intervenciones en la vía pública.
Los vehículos asistenciales son usuarios de la vía pública, igual que los demás vehículos. Simplemente tienen unas características especiales debido a que hemos de prestar asistencia a pacientes y realizar transportes urgentes. Esto supone que en momentos determinados tengamos que hacer algunas maniobras que puedan representar un riesgo para el resto de usuarios. Es por este motivo que las condiciones de seguridad las tenemos que tener en cuenta para no provocar más accidentes.
Conceptos básicos de la seguridad vial
En cuanto a conceptos básicos relacionados con la seguridad vial nos centraremos en dos apartados, los referidos a la persona que conduce el vehículo y los que tienen relación con el vehículo.
¿Cuáles son los conceptos básicos de seguridad vial relacionados con la persona que conduce el vehículo?
Se refieren a los factores que dependen de la persona y que pueden influir de forma negativa en la seguridad vial si no tenemos una actitud activa para evitarlos. Estos factores son el cansancio, la distracción, el exceso de velocidad y el consumo de alcohol.
- El cansancio. Para conducir hemos de estar descansados, sin sueño y evitar comidas copiosas que nos produzcan somnolencia.
- La distracción. Es importante estar atentos a la conducción, pendientes de la vía por la que circulamos.
- El exceso de velocidad. La velocidad a la que vayamos ha de ser la adecuada a la vía por la que circulemos.
- El consumo de alcohol. El consumo de drogas, alcohol o determinados medicamentos reducen la capacidad de reacción del conductor al volante ante situaciones imprevistas.
Se refieren a la seguridad activa y a la seguridad pasiva.
- La seguridad activa. Son las medidas activas que adoptamos al realizar un buen mantenimiento del vehículo para evitar que ocurran accidentes. Por ejemplo: tener un buen sistema de frenado y del control de estabilidad del vehículo, tener los neumáticos en buen estado, etc.
- La seguridad pasiva. Se refiere a los elementos de seguridad incorporados al vehículo y que tienen como objetivo reducir las consecuencias negativas en caso de que se produjera un accidente. Entre ellos están: cinturones de seguridad, sillas para niños, airbag, triángulos de emergencia, chalecos reflectantes.
La Seguridad vial se refiere a aquellas medidas e intervenciones que están destinadas a disminuir el riesgo de accidentes en la vía pública y que se lleva a cabo a través de actuaciones como la señalización vial, la gestión del tráfico, a adopción de medidas de seguridad vial activas y pasivas, la educación vial y la responsabilidad de cada uno de los conductores.
Normativa reguladora
Las normas básicas generales de referencia para todos los conductores están marcadas en la siguiente normativa reguladora:
- Ley 18/1989, de 25 de julio, de bases sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial.
- Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo, por el que se aprueba el texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad vial.
- Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Circulación para la aplicación y desarrollo del texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por el Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo de 1990.
- Ley 17/2005, de 19 de julio, por la que se regula el permiso y la licencia de conducción por puntos y se modifica el texto articulado de la ley sobre tráfico, circulación de vehículos a motor y seguridad vial.
- Ley Orgánica 15/2007, de 30 de noviembre, por la que se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal en materia de seguridad vial.
Vamos a ver algunos puntos relevantes del Real Decreto Legislativo 339/1990, que nos afecta como conductores de ambulancias. Los conductores han de estar en todo momento en condiciones de controlar sus vehículos, y que adoptarán las precauciones necesarias para su seguridad, especialmente cuando se aproximen a niños, ancianos, invidentes u otras personas manifiestamente impedidas.
Otras obligaciones del conductor son: la de mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión, la de prestar atención permanente a la conducción que garanticen su propia seguridad y la del resto de los ocupantes del vehículo, así como la de los demás usuarios de la vía.
Se prohíbe el uso de dispositivos como pantallas con acceso a Internet, monitores de televisión, receptores de vídeo o DVD. Se exceptúan, a estos efectos el uso de monitores que esté a la vista del conductor y cuya utilización sea necesaria para la visión de acceso o bajada de peatones o para la visión en vehículos con cámara de maniobras traseras, así como los dispositivos GPS. Así mismo, tampoco se podrá conducir utilizando cascos o auriculares conectados a aparatos receptores o reproductores de sonido, dispositivos de telefonía móvil o cualquier otro medio o sistema de comunicación, excepto cuando el desarrollo de la comunicación tenga lugar sin emplear las manos ni usar cascos, auriculares o instrumentos similares.
Cada conductor es el único responsable de cumplir la normativa vigente y el código de la circulación. Tendrá que cumplirla y no cometer ningún tipo de infracción para así garantizar su seguridad y la de los demás usuarios de la vía pública.
Normativa reguladora: Vías, marcas, velocidad y maniobras. Señales
Hay que tener presente que los conductores de ambulancias han de conocer la normativa reguladora sobre los tipos de vías existentes, las marcas viales y señalización, así como la normativa sobre los
límites de velocidad y las maniobras permitidas o no.
Una ambulancia si no está en servicio urgente, no es considerada como vehículo prioritario, por tanto ha de cumplir toda la normativa del código de circulación igual que cualquier otro vehículo.
¿Sabes cuáles son los tipos de vías para automóviles?
- Vía urbana: Es toda vía pública situada dentro de poblado, excepto las travesías.
- Vía interurbana: Es toda vía pública situada fuera de poblado. También son llamadas Carreteras, que a efectos de disposición normativa, es toda vía pública pavimentada situada fuera de poblado, salvo los tramos en travesía. A su vez estas vías están divididas en:
a) Tener acceso limitado a ella las propiedades colindantes.
b) No cruzar a nivel ninguna otra senda, vía, línea de ferrocarril o tranvía, ni ser cruzada a nivel por senda, vía de comunicación o servidumbre de paso alguna.
c) Constar de distintas calzadas para cada sentido de circulación, separadas entre sí, salvo en puntos singulares o con carácter temporal, por una franja de terreno no destinada a la circulación, o por otros medios. Son carreteras de uso exclusivo para automóviles. No tienen acceso las propiedades colindantes y no cruza ninguna otra vía y tampoco es cruzada por ninguna.
2. Carretera convencional: Es toda carretera que no reúne las características propias de las autopistas y autovías para automóviles.
Las señales de tránsito están contempladas en el artículo 54 del Real Decreto Legislativo 339/1990,
de 2 de marzo, el cual establece la prioridad entre señales:
- El orden de prioridad entre los distintos tipos de señales de circulación es el siguiente:
- Señales y órdenes de los agentes de la circulación.
- Señalización circunstancial que modifique el régimen normal de utilización de la vía.
- Semáforos.
- Señales verticales de circulación.
- Marcas viales o señalización horizontal.
Normativa específica para vehículos prioritarios
La normativa específica para vehículos prioritarios, también está regulada por el Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Circulación para la aplicación y desarrollo del texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por el Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo de 1990.
En su artículo 67 se hace referencia a los vehículos prioritarios, y dice lo siguiente:
1. Tendrán prioridad de paso sobre los demás vehículos y otros usuarios de la vía los vehículos de servicios de urgencia, públicos o privados, cuando se hallen en servicio de tal carácter. Podrán circular por encima de los límites de velocidad y estarán exentos de cumplir otras normas o señales en los casos y con las condiciones que se determinan en esta sección (artículo 25 del texto articulado: "Tendrá prioridad de paso sobre los demás vehículos y otros usuarios de la vía los vehículos de servicio de urgencia públicos o privados, cuando se hallen en servicio de tal carácter").
2. Los conductores de los vehículos destinados a los referidos servicios harán uso ponderado de su régimen especial únicamente cuando circulen en prestación de un servicio urgente y cuidarán de no vulnerar la prioridad de paso en las intersecciones de vías o las señales de los semáforos, sin antes adoptar extremadas precauciones, hasta cerciorarse de que no existe riesgo de atropello a peatones y de que los conductores de otros vehículos han detenido su marcha o se disponen a facilitar la suya.
3. La instalación de aparatos emisores de luces y señales acústicas especiales en vehículos prioritarios requerirá autorización de la Jefatura Provincial de Tráfico correspondiente, de conformidad con lo dispuesto en las normas reguladoras de los vehículos.
En su artículo 68 hace referencia a las facultades de los conductores de los vehículos prioritarios. Dice textualmente:
"1º. Deberán observar los preceptos del presente reglamento, si bien, a condición de haberse cerciorado de que no ponen en peligro a ningún usuario de la vía, podrán dejar de cumplir bajo Su exclusiva responsabilidad, las normas de los títulos II, III y IV de este Reglamento, salvo órdenes y señales de los agentes, que son siempre de obligado cumplimiento. Los conductores de dichos vehículos podrán igualmente, con carácter excepcional, cuando circulen por autopista o autovía en servicio urgente, y no comprometan la seguridad de ningún usuario, podrán dar media vuelta o marcha atrás, circular en sentido contrario al correspondiente en la calzada siempre que lo hagan por el arcén, o penetrar en la mediana o en los pasos transversales de la misma. Los Agentes de la Autoridad encargados de la vigilancia, regulación y control de tráfico podrán utilizar o situar sus vehículos en la parte de la vía que resulte necesario cuando presten auxilio a los usuarios de la misma o lo requieran las necesidades del servicio o la circulación.
2º. Tendrán el carácter de prioritarios los vehículos de los servicios de policía, extinción de incendios, asistencia sanitaria pública o privada, protección civil y salvamento que circulen en servicio urgente y cuyos conductores adviertan su presencia mediante la utilización simultánea de la señal luminosa a la que ser refiere el artículo 173, y del aparato emisor de señales acústicas especiales, al que se refieren las normas reguladoras de los vehículos. Por excepción, los conductores de los vehículos prioritarios deberán utilizar la señal luminosa aisladamente cuando la omisión de las señales acústicas especiales no entrañen peligro para los demás usuarios.
3º. Las infracciones a las normas de este precepto tendrán la consideración de graves, conforme prevé el artículo 65.4 c) del texto articulado".
Técnicas de conducción de vehículos prioritarios
La conducción de un vehículo no sólo es el acto de conducirlo. Conducir un vehículo implica la responsabilidad de su mantenimiento y de tenerlo en óptimas condiciones para prevenir accidentes.
Como hemos visto en los apartados anteriores, la conducción de una ambulancia implica más responsabilidad añadida, ya que somos responsables no sólo de nuestra seguridad, sino también de la del paciente que necesita una atención urgente y de los demás usuarios de la vía pública que se ven obligados a cedernos el paso en contra de las normas habituales de tráfico.
Pero recuerda, una ambulancia no siempre es un vehículo de emergencias, sólo lo es cuando es activada para prestar una atención urgente o de emergencia y hasta que ha hecho la transferencia del paciente al centro receptor.
Tal y como hemos visto anteriormente, la normativa vigente, permite a los vehículos de emergencias actuaciones especiales que enumeraremos en los siguientes puntos:
- Tienen prioridad de paso. Tendrán que marcar su prioridad de paso utilizando las señales luminosas de prioridad de paso, y si fuera necesario, las señales acústicas.
- Pueden superar los límites de velocidad en caso de que estén realizando un servicio de emergencias.
- Con carácter excepcional, cuando circulen por autopista o autovía en servicio urgente y no comprometan la seguridad de ningún usuario, dar media vuelta o marcha atrás, circular en sentido contrario al correspondiente a la calzada, siempre que lo hagan por el arcén, o penetrar en la mediana o en los pasos transversales de ésta.
- No hay restricciones para infringir normas en ningún tipo de vía, incluso la contra dirección, siempre y cuando sea proporcionada y no se comprometa la seguridad del propio personal sanitario y de los viandantes o demás conductores.
Un buen técnico conductor es el que adapta su conducción a las situaciones de urgencia, tiene pericia en la conducción en situaciones climáticas difíciles, respeta la reglamentación sobre la conducción de vehículos prioritarios y las normas del código de circulación y es responsable de la protección del personal que viaja en el vehículo, velando por la seguridad de los demás usuarios de la vía pública, tanto los peatones como los demás vehículos.
A continuación veremos dónde se sitúa la conducción en el Decálogo Prehospitalario, cómo interpretaremos los mapas y planos y haremos la selección de la ruta, las técnicas de conducción de urgencia, ante problemas mecánicos o en situaciones climatológicas adversas y las principales causas de accidentes de las ambulancias y cómo prevenirlos.
La conducción y el decálogo prehospitalario
¿Sabes cuáles son los puntos del decálogo prehospitalario que están relacionados con la conducción de ambulancias?
Son los puntos 3 y 8 del Decálogo Prehospitalario, es decir la fase de aproximación y la fase de transporte, respectivamente.
Recordemos estos puntos:
3. Fase de aproximación.
Es la fase en que el equipo de Emergencias Sanitarias nos desplazamos y accedemos al lugar del incidente, por la ruta más segura, más accesible, más rápida y más corta posible.
Tendremos en cuenta el tipo de vía, la densidad del tráfico y los riesgos que puedan derivarse del tipo de incidente al que vayamos a prestar nuestra asistencia.
En la fase de aproximación también haremos una valoración del lugar del incidente para tomar las medidas preventivas necesarias.
8. Transporte
La fase de transporte es en la que trasladamos al paciente hasta el centro receptor, que no siempre ha de ser el más cercano, sino el centro útil, es decir aquel que pueda asegurar la asistencia que necesita el paciente según las lesiones que presente.
El transporte se realizará con el vehículo asistencial más adecuado y con el personal cualificado que atienda al paciente con todos los cuidados que precise.
En esta fase comunicaremos a la Central de coordinación nuestra salida. Seleccionaremos la ruta en función del estado del paciente.
Identificaremos la información necesaria para el traslado del paciente al centro sanitario de destino. Durante el transporte seguiremos asistiendo al paciente. Mantendremos las medidas terapéuticas adoptadas previamente. Iremos a una velocidad moderada, teniendo en cuenta la fisiopatología del transporte sanitario para no agravar su situación, y por tanto adecuando la conducción al tipo de patología que presente el paciente.Valoraremos la conveniencia o no del uso de las señales acústicas.
Haremos uso de los elementos de seguridad del vehículo como los cinturones de seguridad para los ocupantes y las correas de la camilla para los pacientes.
La ruta a seguir para transportar al paciente hasta el centro receptor tendrá que ser accesible, cómoda, segura y confortable. Tendremos siempre prevista una ruta alternativa.
Interpretación de mapas y planos
Los mapas son una representación gráfica, reducida y a una escala matemática exacta de una zona geográfica determinada, donde encontramos toda la información de la zona representada.
Generalmente una ambulancia que realiza transporte urgente se mueve en un área geográfica determinada. Es importante que sepas interpretar en general los mapas de carreteras, los planos de ciudad y las guías de calles, para saber orientarte en zonas conocidas y desconocidas y para encontrar la ruta adecuada para realizar un servicio, ya que en ocasiones tendrás que prestar algún servicio fuera de tu zona de influencia. Es importante que seas capaz de localizar el lugar de intervención, verificando el itinerario más rápido y seguro para llegar a la zona de actuación.
Los mapas que se suelen llevar son los de su zona de cobertura, el de carreteras de la toda la Comunidad Autónoma y el callejero actualizado de las poblaciones urbanas en las que tengas que prestar asistencia.
¿Qué conceptos básicos hemos de saber para poder interpretar un plano o mapa de carreteras?
Son la orientación, la escala, las curvas de nivel y los signos convencionales y leyenda. Vamos a verlos.
- Orientación: Es la forma de relacionar la posición del mapa con respecto a los puntos cardinales. Para orientar el mapa hemos de saber donde está el norte. Se indica mediante una flecha con la letra N, o bien otro tipo de nota que haga referencia, como una flecha en su dirección. Cuando no aparece indicación de la orientación, se sobreentiende que está orientado al norte en la posición normal de lectura del plano. En los planos de localidades podemos encontrar flechas que nos indiquen la dirección del centro de la ciudad o población.
- Escala: Es la relación existente entre la medida gráfica del dibujo y la medida real del terreno. Existen escalas diferentes. Las más frecuentes son las escalas 1:10.000, la 1:25.000 y la 1:1.000.000. En la primera 1 cm. del mapa se corresponde con 10.000 cm. en la realidad (100 metros). En la segunda 1 cm. en el mapa se corresponde con 25.000 cm. en la realidad. La tercera es una escala pequeña de un mapa en la que 1 cm. del mapa corresponde a 1 Km. en la realidad. Así pues, cuanto más pequeña es la escala, más grande es la reducción de la zona geográfica del mapa. Dependiendo de la escala del mapa podremos encontrar autopistas, montañas, núcleos urbanos, etc. e incluso calles, paradas de autobús, hospitales, etc. Existen escalímetros (medidores específicos) que nos transforman la distancia entre dos puntos en el mapa y nos dicen la distancia que existe en la realidad.
- Curvas de nivel: Se utilizan para representar el relieve del terreno. Nos ayudaran a elegir el itinerario o a buscar itinerarios alternativos. Pueden representarse con una clave de colores que consta en el mapa, en el que cada color o intensidad diferente de un mismo color, representa distintas altitudes sobre el nivel del mar. También se puede representar con números que indiquen estas altitudes. Cada curva de nivel representa la misma altitud. Cuando la separación entre dos curvas de nivel es grande, el terreno es plano. Si las curvas están muy juntas el terreno es muy abrupto o montañoso.
- Signos convencionales y leyenda: Son signos o abreviaturas que se incluyen en los mapas para evitar leyendas muy extensas. Esta interpretación suele ser común a la mayoría de los mapas, pero en general cada mapa trae su leyenda donde explica el significado y la importancia de todos los signos y símbolos que emplea.
- Mapas de carreteras: Las carreteras en el mapa vienen señalizadas con letras (C de comarcal, N de nacional, L de local, A de autopista o autovía) y con números (II, 320, 9,...). Según su categoría se representan con un color diferente. Están realizados a escalas pequeñas y en ellos encontramos países, comunidades autónomas o provincias, dependiendo de la escala. También podemos encontrar los núcleos urbanos, las vías de comunicación entre ellos y las distancias que los separan.
- Mapas locales: Suelen estar hechos a escalas medianas y representan municipios, localidades, pueblos, etc. Tienen unas cuadrículas que nos facilitan la localización de una calle o de un centro hospitalario. Cada cuadrícula se identifica con una letra y un número. Contienen una leyenda con todas las calles de la población y las coordenadas respecto a las cuadrículas divisorias del mapa para facilitar la búsqueda de un punto concreto.
- Callejeros: Son el conjunto de todas las calles de una ciudad y su representación en el mapa. Se suelen presentar en forma de guías de calles o callejeros que son unos libros que incluyen índice alfabético con el nombre de todas las calles, y al lado el número y la letra de la cuadrícula del mapa en la que se encuentra la calle. También contienen toda la información de servicios de la población. Los callejeros suelen hacerse cuando la localidad es de gran extensión, como por ejemplo Barcelona, y su lectura resultaría confusa si se hiciera con el sistema de los mapas locales.
Así mismo hemos de verificar el buen funcionamiento de los medios electrónicos de ayuda a la conducción y de asistencia al itinerario que ha de realizar, como el G.P.S. (Global Position Sistem). El G.P.S. nos ayudará a conocer nuestra posición exacta en la zona geográfica donde nos encontremos. Están conectados a 24 satélites que tienen su órbita alrededor de la Tierra a una altitud de 20.000 Kilómetros. Los G.P.S. reciben una señal que emiten los satélites y que nos dan nuestra posición con un error máximo de 100 metros. Los G.P.S. también sirven para realizar itinerarios. Si les introducimos las coordenadas de los puntos del recorrido nos indicarán la dirección y la distancia en línea recta desde el punto donde nos encontramos y el punto del itinerario marcado.
Es importante que siempre tengas rutas alternativas para llegar al lugar del incidente, ya que se puede encontrar con situaciones que te obliguen a cambiar el trayecto, como obras, situaciones meteorológicas muy desfavorables, etc. Así mismo has de saber localizar los servicios sanitarios que ofrece una zona determinada, para poder elegir el centro sanitario más adecuado al paciente que estás atendiendo.
Selección de la ruta
Cuando ya sabemos interpretar los mapas y planos, reconociendo las características geográficas y elementos de obra civil, para aportar datos al centro coordinador, es cuando podemos determinar la ruta más adecuada a seguir desde el punto donde nos encontramos hasta el lugar donde hemos de realizar el servicio o desde el lugar del incidente al centro hospitalario útil donde hayamos de hacer la transferencia del paciente.
Hemos de ser capaces de seleccionar nuestra ruta por el camino más seguro, más rápido y más corto, en función del estado del paciente y una vez allí, adoptar las medidas de protección para garantizar nuestra propia seguridad y evitar nuevas víctimas.
Tendremos en cuenta los criterios de proximidad, pero la distancia más corta entre dos puntos no siempre es el camino más rápido para llegar a un destino. La rapidez está influenciada no sólo por las características de la propia vía y el estado de la calzada, sino también por la densidad del tráfico en cada momento y las condiciones meteorológicas como la lluvia, la niebla o la nieve que dificultan la circulación, haciéndola más lenta y peligrosa.
Cuando seleccionemos la ruta hemos de prever rutas alternativas por posibles problemas de tránsito que nos podamos encontrar.
¿Sabes qué factores pueden influir en el tiempo que se tarda en llegar a un punto? y ¿qué variables hemos de tener en cuenta para elegir la ruta que seguiremos?
Entre ellos tenemos el día de la semana, la hora del día, el estado de la calzada y el tipo de vía y las condiciones meteorológicas.
Vamos a verlos a continuación.
El día de la semana:
- Los días laborables de lunes a viernes hay mayor densidad de tráfico en las poblaciones, en las zonas industriales, en los colegios, etc. Los fines de semana hay un descenso de la circulación, pero el sábado se ve aumentado el tráfico que se relaciona con las compras en centros comerciales y con las salidas de fin de semana y los domingos suele aumentar mucho a última hora de la tarde con el regreso tras la salida del fin de semana. Durante el fin de semana pueden existir puntos de tráfico conflictivos relacionados con espectáculos como conciertos, fútbol, teatro, etc. o bien obras que obliguen a cortar temporalmente el tráfico de alguna zona determinada, hechos que complicarán la circulación.
- Por las mañanas con la entrada en los centros de trabajo, a los colegios, con los camiones de reparto, etc. suele haber gran densidad de tráfico, que disminuirá mucho en las horas intermedias. Otros momentos conflictivos son al mediodía, ya que coincide con el tránsito de las personas que van a comer y por la tarde en que muchas personas acaban su jornada laboral. Así pues cuando determinemos nuestra ruta tendremos que tener en cuenta las zonas donde hay centros de formación, las zonas industriales y las zonas de entradas y salidas de las poblaciones.
El estado de la calzada y el tipo de vía:
- Cuando nos conozcamos la zona sabremos cuáles son las carreteras con firme en mal estado. Valoraremos la circulación por estas vías, por carreteras de trazado sinuoso o estrechez de la vía, etc. En ocasiones nos veremos obligados a seguir utilizando una vía determinada que esté en obras.
La estación del año:
- Nos podemos encontrar en verano con largas colas los fines de semana en zonas de acceso de playa o montaña que sean muy concurridas y en invierno con zonas de acceso a pistas de esquí.
Las condiciones climatológicas:
- Unas condiciones climatológicas adversas como la lluvia, la niebla, el viento, la nieve o las heladas dificultan la conducción, haciendo el trayecto más inestable y dificultando la visibilidad. También hemos de tener en cuenta que los accidentes de tráfico aumentan con las malas condiciones climatológicas.
En algunas ocasiones nos podemos encontrar con la imposibilidad de localizar el lugar concreto del incidente o accidente, ya que puede que nos hayan facilitado una información incompleta o equivocada, o bien porque no dispongamos de planos correspondientes a la zona en la que hemos de intervenir. En estos casos pediremos ayuda a las autoridades locales, a la policía o cuerpos de bomberos y pedir que nos acompañen hasta el lugar, quedando en un punto de encuentro donde sea fácil encontrarnos.
Ergonomía en la conducción
La conducción es un acto de responsabilidad para el conductor. Una buena ergonomía en la conducción y unas buenas condiciones físicas y psíquicas harán el acto de conducir mucho más seguro.
Es importante adoptar una buena postura durante la conducción para poder realizar una conducción
cómoda, rápida y segura.
¿Cómo nos acomodaremos al asiento?
Respetaremos las distancias del asiento, el volante y los pedales en relación con nuestro cuerpo, lo que nos permitirá reaccionar mejor y con más rapidez ante situaciones imprevistas o de peligro que se nos presente durante la conducción.
Nuestras caderas estarán perfectamente encajadas en el ángulo que forman el asiento y el respaldo, formando un ángulo de 115º. La espalda y los hombros no los separaremos del respaldo que lo tendremos a una posición de verticalidad de unos 60º. El reposa cabezas lo colocaremos siempre a la altura de la nuca.
El pie izquierdo, siempre que no tenga que actuar sobre el embrague, lo colocaremos bien apoyado en el paso de rueda, ya que nos ayudará a mantenernos fijos en el asiento aunque hagamos cambios de dirección, manteniendo así nuestra posición vertical y proporcionándonos un mayor control sobre el vehículo.
Una vez bien sentados ajustaremos nuestra distancia al volante, adelantando o retrasando el asiento. La distancia correcta es aquella en la que con la espalda unida al respaldo y las caderas al asiento, podemos llegar a la parte superior del volante con nuestra muñeca y los brazos nos quedan ligeramente flexionados.
Una vez encontrada la posición de conducción adecuada, debemos colocar correctamente las manos al volante. La manera más segura y correcta es imaginarnos que el volante es una esfera de reloj, la posición de las manos las situaremos donde las agujas del reloj marcarías las diez y diez. Es muy importante para asegurar una respuesta rápida y adecuada en situaciones inesperadas de peligro.
En el siguiente enlace podrás ampliar información sobre la ergonomía y la comodidad en la conducción: Ergonomía al volante
Condiciones físicas y psíquicas para la conducción
Para conducir una ambulancia hemos de estar siempre en óptimas condiciones físicas y psíquicas.
Hemos de tener en cuenta algunas situaciones que son incompatibles con una adecuada conducción, que reducen nuestra capacidad de respuesta y aumentan el tiempo de reacción ante cualquier situación imprevista o de peligro y que pueden poner en peligro nuestras vidas, la vida de nuestro paciente y también la de los ocupantes de otros vehículos y la de los viandantes.
¿Cuáles son estas situaciones incompatibles con la conducción?
- Conducir un número de horas excesivo. Esta circunstancia se puede dar si tenemos una jornada laboral muy larga o si hemos tenido que hacer un traslado de largas distancias. El cansancio disminuye los reflejos durante la conducción.
- Haber dormido poco o mal antes de conducir. Si hemos dormido poco o no hemos dormido antes de incorporarnos a nuestra jornada laboral, durante la conducción nos puede venir sueño sin darnos cuenta y dormirnos al volante.
- Haber consumido ciertos medicamentos: Hay medicamentos que interaccionan con el sistema nervioso, como por ejemplo los antihistamínicos, que provocan somnolencia y disminuyen los reflejos y la capacidad de atención. En caso de que hayamos de tomar una medicación y tengamos dudas, habremos de consultar con profesional que nos ha prescrito la medicación.
- La ingesta de bebidas alcohólica. Con el consumo de alcohol reflejos y capacidad de acción y reacción estarán disminuidos.
- El consumo de drogas por cualquier vía (ingestión, inhalación, inyección). Está totalmente prohibido conducir un vehículo habiendo consumido drogas.
- Padecer una enfermedad o estar convaleciente. Los padecimientos físicos y psíquicos disminuyen nuestra capacidad de atención, disminuyen nuestros reflejos y aumentan el tiempo de reacción.
Algunas situaciones que nos pueden producir mareos cuando nos encontramos al volante, como la hipoglucemia por pasar muchas horas sin ingerir alimentos, la hipotensión, etc.
Si estamos conduciendo una ambulancia y nos encontramos mal, tendremos que parar la ambulancia en un sitio seguro y comunicar esta situación a la Central de coordinación para que de las indicaciones pertinentes y envíe ayuda en caso necesario.
Conducción de la ambulancia en situación de urgencia
¿Cómo conduciremos por los diferentes tipos de vías con una ambulancia en servicio urgente?
Si han activado nuestra ambulancia y hemos de realizar un servicio urgente, podremos conducirla como vehículo prioritario tal y como establece la legislación vigente. Haremos uso de las señales luminosas de urgencia y si es necesario, de las acústicas (consulta los apartados siguientes donde ampliaremos este concepto).
Vamos a poner algunos ejemplos de la conducción de las ambulancias en función de los diferentes tipos de vías:
En las vías urbanas
- Circularemos por los carriles más hábiles, preferentemente por el carril central.
- Si la vía es de doble sentido de circulación, circularemos por el carril más próximo a la mediana, para facilitar el uso de la calzada contraria, en caso de que fuese necesario. Si llevamos a cabo esta maniobra, extremaremos las precauciones y aminoraremos la velocidad al máximo para facilitar el desplazamiento de los vehículos que se aproximan en sentido contrario.
- Evitaremos ir cambiando de carril.
- Evitaremos el carril bus si la circulación es densa, dada la dificultad de salida del mismo.
- Extremaremos las precauciones en los cruces con semáforos, ceda el paso, stop o cruces no señalizados, cerciorándonos que hemos sido vistos por los demás conductores de la vía antes de pasar.
- Mantendremos la distancia de seguridad.
- No circularemos por el arcén, ya que puede presentarse una interrupción brusca por obstáculos imprevistos, incorporaciones de otras vías, etc.
- Sólo procederemos a realizar un adelantamiento si la visibilidad del carril del sentido contrario es completa, y lo haremos extremando la precaución y adelantando un solo vehículo cada vez.
- Si hay colapso de circulación, circularemos por la línea divisoria de ambos sentidos de la marcha.
- Mantendremos la distancia de seguridad.
- Extremaremos las precauciones en los cruces y en lugares con baja de visibilidad.
- En las vías de un solo sentido, circularemos entre el primer y el segundo carril. Los vehículos nos dejarán paso apartándose a la derecha y a la izquierda.
- En situación de colapso de circulación, si la vía tiene una separación física de los dos sentidos de la marcha, circularemos sobre las líneas separadoras entre el carril izquierdo y el carril contiguo derecho. De esta forma, si la vía es de tres carriles, evitaremos el desplazamiento de los vehículos de gran tonelaje.
- En vías de doble sentido en las que no exista separación física entre ambos sentidos, circularemos por el carril izquierdo para evitar que vehículos que nos cedan el paso invadan el carril del sentido contrario de la marcha.
- Sólo invadiremos el carril del sentido opuesto a nuestra marcha, y de forma excepcional, si hay un gran colapso de circulación, y si disponemos de buena visibilidad de los vehículos que puedan circular por el mismo. No circularemos por él en la proximidad de cruces o curvas y moderaremos la velocidad.
- No circularemos por el arcén, por los motivos expuestos anteriormente.
- Cuando nos aproximemos a cruces, aglomeraciones, atascos, utilizaremos las señales acústicas. Si ya las llevábamos activas, cambiaremos el tono de las mismas para que los demás conductores se descuenta de nuestra presencia. También lo cambiaremos si el vehículo que nos precede no ha percibido nuestra presencia y no nos facilita el paso.
- Cuando tengamos que detener el vehículo lo haremos con una disminución progresiva de la velocidad, indicándolo con los intermitentes de emergencia y con las luces posteriores de la ambulancia (ratón) para evitar el impacto posterior por parte de otros vehículos. Conducir de esta manera también nos permitirá poder una primera valoración del lugar del incidente.
Utilización de la señalización de emergencia
El uso de señales acústicas y luminosas de urgencia se ajustará a lo que dispone la legislación vigente. Este uso se moderará en la proximidad de centros asistenciales y cuando las circunstancias del servicio a realizar así lo aconsejen.
El Real Decreto 1428/2003, de 21 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento General de Circulación para la aplicación y desarrollo del texto articulado de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial, aprobado por el Real Decreto Legislativo 339/1990, de 2 de marzo de 1990, en su artículo 173 trata sobre las señales de los vehículos. Reconoce como vehículo prioritario el de asistencia sanitaria, en servicio urgente, y autoriza la señalización de emergencia.
La legislación vigente determina la utilización de forma simultánea de la señalización luminosa con el aparato emisor de señales acústicas especiales. Como excepción los conductores de los vehículos prioritarios deberán utilizar la señal luminosa aisladamente cuando la omisión de las señales acústicas especiales no entrañe peligro alguno para los demás usuarios.
Veamos a continuación el uso de las señales luminosas y de las señales acústicas.
Cuando hagamos un servicio de urgencia, siempre utilizaremos las luces de emergencia que marcarán nuestra prioridad de paso.
¿Qué tipo de luces prioritarias tiene una ambulancia?
Entre otras opcionales, las luces de emergencia de las ambulancias son:
- Rotativos. Está situado sobre el vehículo.
- Ratón. Indica hacia dónde tienen que ir los vehículos.
- Búsqueda. Luces blancas que están situadas en los laterales. Sirven para la iluminación nocturna del lugar del accidente.
Sabemos que siempre hemos de utilizar las señales luminosas cuando hacemos un servicio de emergencia.
¿cuándo utilizaremos la sirena?
Recuerda que las vibraciones acústicas podían repercutir en la fisiopatología del paciente.
Las señales acústicas las utilizaremos en situaciones especiales como las siguientes:
- En caso de circulación colapsada.
- En un cruce sin prioridad: 50 metros antes de llegar.
- Cuando procedamos a la invasión del carril contrario.
- En un cambio de rasante con poca visibilidad o visibilidad nula.
- Cuando realicemos maniobras de riesgo, como por ejemplo circular en contra dirección.
- Cuando vayamos a adelantar (avisando con un toque breve).
- Si podemos circular con fluidez, en autopistas, autovías o carreteras con varios carriles para circular.
- Cuando la patología del paciente que traslademos así lo aconseje.
- En servicios que tengamos que atender personas con intentos de autolisis o pacientes psiquiátricos.
- Cuando estemos en las proximidades de un hospital, para no angustiar a los enfermos ingresados con las sirenas de las diversas ambulancias que llegan al centro sanitario.
- Cuando sea de noche y no sea estrictamente necesario.
¿Qué tipos de sonidos tienen los rotativos acústicos de las ambulancias?
- S1. Sonido bitonal. Es el que se utiliza para la marcha ordinaria.
- S2. Sonido multitonal rápido. Se utiliza para las intersecciones o lugares peligrosos.
- S3. Sonido multitonal ascendente-descendiente para alternar en marcha ordinaria.
- M. Manual. Es un aviso multitonal manual.
- Nocturno. El sonido de la sirena no es tan estridente.
Conduciremos respetando las normas de circulación, con una conducción responsable, sin abusar de nuestro régimen especial, velando por nuestra seguridad, la de nuestro equipo de trabajo, la de nuestro paciente y la de los demás usuarios de la vía pública.
Técnicas de conducción en situaciones climatológicas adversas
La climatología condiciona la manera de conducir. Siempre hay que adaptar la forma de conducir a las condiciones externas. Hay fenómenos climatológicos adversos que son más habituales en unas zonas determinadas y sin embargo no son tan frecuentes en otras. Seria aconsejable que los conductores de ambulancia de tales zonas además de la formación habitual hagan algún curso especializado en conducción segura que incluya la conducción en condiciones adversas.
¿Qué técnicas de conducción adoptaremos ante situaciones climatológicas adversas?
Vamos a ver algunos ejemplos.
Hielo
El hielo rellena los pequeños agujeros que tiene el pavimento, haciendo el piso totalmente deslizante, creando una adherencia nula. El hielo nos lo podemos encontrar de forma inesperada en forma de placas de hielo en carreteras secundarias.
Hemos de extremar las precauciones y reducir la velocidad.
Si hemos de frenar, lo haremos pisando el pedal de freno y soltándolo varias veces hasta conseguir detener el vehículo. Si nos patina por ejemplo hacia la derecha, giraremos el volante en el mismo sentido para que la rueda ruede y no patine, de esta forma conseguiremos poder girar a la izquierda y que el vehículo responda.
Lluvia
Disminuye la visibilidad y hace deslizante el pavimento porque se genera una lámina de agua entre el firme y las ruedas. Esta lámina provoca que sea muy fácil deslizarse perdiendo la adherencia a la carretera.
Disminuiremos la velocidad y aumentaremos la distancia de seguridad.
Mantendremos una buena ventilación para que no se empañen los cristales.
Niebla
Nos dificulta la visibilidad por reflexión de la luz. Impide que seamos vistos. La condensación de la humedad en la calzada la convierte en deslizante.
Conduciremos con las luces de cruce y antiniebla. Disminuiremos la velocidad y aumentaremos la distancia de seguridad.
Cuando detengamos la ambulancia, si es dentro de la vía, dejaremos las luces de emergencia encendidas, pero si es en el arcén, las apagaremos para no dar referencias erróneas a los demás conductores.
Nieve
Existe falta de adherencia a la calzada.
Colocaremos las cadenas en las ruedas motrices, si fuera necesario, rodaremos unos metros y las tensaremos.
Hemos de disminuir la velocidad, circular preferentemente por las rodadas de otro vehículo y extremar la precaución cuando unos neumáticos pisen nieve y otros no.
Sol
Si tenemos el sol de cara nos puede deslumbrar e impedir la visión.
Bajaremos el quitasol delantero para protegernos de su reflejo y aminoraremos la marcha.
Seguiremos el trayecto de la carretera fijándonos en las marcas de los carriles. Si el deslumbramiento es muy intenso, detendremos el vehículo.
Siempre hemos de llevar los cristales limpios para evitar los reflejos del sol.
Viento
Desestabiliza el vehículo.
Conduciremos sujetando con fuerza el volante. Disminuiremos la velocidad. Compensaremos con el volante las rachas de viento lateral.
Técnicas de conducción ante problemas mecánicos
En la actualidad nos encontramos con muy pocos problemas mecánicos del vehículo durante la conducción, especialmente con las ambulancias.
El taller especializado realizará las revisiones periódicas del vehículo siguiendo las instrucciones del fabricante. En la actualidad cada conjunto y subconjunto, de que está compuesto un vehículo, tienen estudiada por el fabricante su vida útil y las características de mantenimiento requeridas. Ejecutando cada revisión cuando toca, se evitan deterioros y si se observa alguna deficiencia puede ser subsanada. De esta manera se previenen las posibles averías.
Entre los componentes de un vehículo conviene tener especial atención al estado de los neumáticos. No hay que alargar su vida útil. Será el taller que hace las revisiones el encargado de efectuar sus cambios y mantenimiento. Esto no nos dispensará de mantenerlos diariamente en lo que se refiere a su presión. Con este mantenimiento previo aseguramos una adherencia adecuada al firme y con ello una conducción segura. Difícilmente se produce un reventón cuando los neumáticos están correctos. Lo que no podremos evitar nunca será un posible pinchazo.
Diariamente, el técnico en emergencias sanitarias hará el mantenimiento preventivo del vehículo, comprobando los niveles de aceite, de combustible, etc., según el protocolo establecido en cada empresa.
¿Cómo hemos de actuar si durante la conducción se nos presentan problemas mecánicos con nuestro vehículo?
Si a pesar de todo, nos encontramos con algún problema mecánico durante la conducción, hemos de saber cómo actuar. Algunas de las situaciones que se nos pueden presentar son el pinchazo de un neumático, el reventón de un neumático, o el fallo del freno. Vamos a verlas.
Pinchazo de un neumático
¿Cuáles son las posibles causas?
- Nos podemos encontrar con elementos que haya en la calzada y que pinchen la rueda.
¿Qué notaremos?
- Un ruido inusual y cierta inestabilidad del vehículo.
¿Qué debemos hacer?
- Pararemos la ambulancia y procederemos a cambiar la rueda. Hay que tener en cuenta que cada vehículo tiene sus propias herramientas y sistema de cambio de rueda, y que es imprescindible que conozcamos dónde se encuentra la rueda de recambio, las herramientas para cambiarla y el gato hidráulico.
- También es importante haber practicado su cambio, ya que si tenemos un pinchazo durante un servicio urgente es imprescindible que sepamos hacer el cambio de rueda con seguridad y en el menor tiempo posible.
Reventón de un neumático
Ya hemos comentado que actualmente es bastante difícil que nos suceda este problema mecánico durante la conducción.
¿Cuáles pueden ser las causas?
- Se puede producir un calentamiento del neumático por algún elemento defectuoso en la rotación de la rueda, se puede reventar por llevarlo con una presión de inflado inadecuada o por llevarlo deteriorado, o bien por haber recibido algún golpe fuerte con algún elemento angulado, etc.
- Se puede comprender con facilidad que si una rueda pierde todo el aire de golpe, esto es un reventón, la rueda en cuestión no tiene ninguna clase de adherencia. La estabilidad del vehículo queda profundamente alterada.
¿Qué notaremos?
- Vamos a ver con algún ejemplo qué sucede si se produce un reventón en un neumático.
- Supongamos que nuestro vehículo tiene tracción delantera y que la rueda que se ha reventado ha sido la de la derecha de delante. Es evidente que la tracción de la rueda izquierda de delante sí sigue trabajando con lo que el efecto primero será la desviación hacia la derecha.
- En tal caso si seguimos acelerando aumentamos la fuerza del desvío hacia la derecha.
- En tal caso también, si frenamos bruscamente resulta claro que la rueda izquierda delantera clavará el vehículo, pero la derecha no frenará nada (no tiene adherencia) con lo que el vehículo quedará encarado hacia la izquierda.
Hagamos otra suposición. El defecto afecta la parte trasera del vehículo. Entonces el vehículo no progresa recto, lo hace ladeado.
¿Qué debemos hacer?
- Nuestra acción tendrá que ser correctora de la alteración que sufre el vehículo. Siempre con suavidad. La brusquedad hace aumentar los defectos en vez de corregirlos.
- Tendremos que corregir con el volante la dirección, hasta obtener la dirección deseada. Y mantenerla, cosa que requiere a veces algo de esfuerzo.
- A su vez intentaremos reducir la velocidad mediante el freno, sin usarlo bruscamente, hasta la detención total del vehículo.
Fallo del freno
¿Qué notaremos?
¿Por qué se produce y qué hemos de hacer?
- El sistema de frenado actual se obtiene por imprimir presión al líquido de frenos. Con el pedal de freno accionamos la bomba de freno que transmite presión a todo el circuito hasta cada rueda. Puede pasar que el sistema haya perdido algo de líquido, (de ahí la importancia del mantenimiento). Puede pasar también que el circuito haya cogido algo de aire. En todos estos casos el pedal de freno se hunde más de lo habitual sin encontrar resistencia.
- Pisaremos el freno varias veces, con pisadas cortas, así obtendremos aumentar la presión del circuito de frenada.
- Si la inutilización del freno de pié ha sido total, utilizaremos el freno de mano.
Principales causas de accidentes de las ambulancias
¿Cuáles son las principales causas de accidentes de los vehículos sanitarios?
Las ambulancias, igual que cualquier otro vehículo, no están exentas de sufrir accidentes. Entre las
principales causas de accidentes que pueden sufrir las ambulancias se encuentran las siguientes:
- Conducir con una velocidad elevada.
- No llevar a cabo una conducción defensiva. Puede que algún vehículo no haya captado las señales acústicas o luminosas y si es así no se retirarán permitiéndonos fácilmente el paso.
- Realizar una conducción agresiva, en la que se realicen maniobras bruscas o temerarias.
- Realizar maniobras de alto riesgo para la circulación: No mantener la distancia de seguridad, circular en sentido contrario o en direcciones prohibidas, pasar semáforos en rojo o invadir carriles contrarios.
- Las malas condiciones meteorológicas, como por ejemplo lluvia, nieve, niebla, viento, etc., ya que tenemos que conducir en estas condiciones si un servicio lo precisa.
- El mal estado de la carretera, como baches, obstáculos, mala señalización, etc.
- Una falta de conocimiento de la carretera, como por ejemplo cambios de rasante, curvas, circulación nocturna, etc.
- La influencia negativa de las sirenas de la ambulancia sobre los conductores. Puede tener una influencia psicológica negativa, pidiendo generar cierta agresividad en los conductores y pueden disminuir o anular la capacidad de respuesta y disminuir la prudencia durante la conducción.
- Una falta de conocimiento del vehículo y del manejo de sus mandos e instrumentos, ya que no siempre circulamos con el mismo vehículo, y a su vez, un mismo vehículo es conducido por diferentes personas que tienen diferentes maneras de conducir, lo que influye en la mecánica del vehículo y sus reacciones.
- Un estado deficiente en las condiciones psíquico-físicas del conductor: ingesta de medicamentos, no haber dormido lo suficiente, fatiga, haber ingerido alcohol, etc.
¿Qué tipos de accidentes son los más frecuentes?
Las ambulancias suelen accidentarse más frecuentemente en las siguientes situaciones:
- En las intersecciones. La mayoría de accidentes se producen en las intersecciones o cruces, debido a la elevada velocidad a la que conducen algunos conductores.
- Contra el vehículo que circula en sentido contrario. El choque frontal, aunque no se vaya a una velocidad muy elevada, es el que tiene peores consecuencias, ya que se suman las velocidades de los dos vehículos.
- Con el vehículo de delante o contra el vehículo de atrás. Suele producirse por alcance, por no respetar las distancias de seguridad o por mala visibilidad.
- Contra un vehículo al que se está adelantando o que adelanta a la ambulancia. Los adelantamientos son maniobras muy peligrosas que se han de hacer con mucha precaución.
Medidas de seguridad para evitar accidentes con las ambulancias
¿Qué aspectos de seguridad tendremos en cuenta y qué precauciones tomaremos para evitar accidentes en el transporte sanitario?
La prevención de accidentes y la seguridad en general dependerán por una parte de la persona que conduce la ambulancia y por otra del propio automóvil, como ya hemos podido ver al hablar de los conceptos básicos de la seguridad vial. Veamos algunas de estas medidas de seguridad:
Medidas de seguridad relacionadas con la persona:
- Estaremos en buenas condiciones físicas y psíquicas, habiendo descansado lo suficiente para no conducir con sueño o con fatiga física.
- Estaremos atentos a la conducción, evitando elementos que nos provoquen distracción.
- Realizaremos un estricto cumplimiento de las normas de circulación. Cuando tengamos que realizar maniobras de alto riesgo debido a que hemos de prestar un servicio urgente o de emergencias, lo haremos con precaución para no comprometer nuestra seguridad, la de nuestro paciente y la del resto de usuarios de la vía pública, asegurándonos de que los demás conductores nos han visto.
- Conduciremos extremando las precauciones y disminuyendo la velocidad al llegar a un cruce para evitar colisiones con otros vehículos.
- Elegiremos las rutas seguras, que no necesariamente serán las más cortas.
- Realizaremos una conducción suave y lo más constante posible.
- La velocidad a la que conduciremos será de moderada a lenta.
- Evitaremos cambios bruscos de velocidad o de dirección.
- Detendremos el vehículo todas las veces que sea necesario.
- No consumiremos alcohol o drogas si hemos de conducir.
- No conduciremos si hemos de tomar medicación que disminuya nuestro estado de alerta y atención
Evitaremos, siempre que sea posible llevar a familiares o acompañantes en el transporte.
Medidas de seguridad relacionadas con el vehículo:
Seguridad activa:
- Haremos un buen mantenimiento del vehículo. Al principio de nuestra jornada laboral miraremos los niveles de aceite, de combustible, etc. y revisaremos los sistemas de iluminación.
- La llevaremos a hacer revisiones periódicas para asegurar un buen funcionamiento de la dirección, la suspensión, los frenos, el estado de los neumáticos, la estabilidad, la tracción, etc.
- Evitaremos, siempre que sea posible la utilización de señales acústicas.
- Procuraremos que nuestro vehículo tenga el máximo aislamiento acústico posible.
- Llevaremos el equipamiento de la dotación sanitaria de poco peso, con acolchados y bien anclados para evitar golpes y desplazamientos durante el trayecto.
- Tendremos una buena climatización del vehículo.
- Si llevamos incubadora, la tendremos bien anclada y homologada para el transporte neonatal.
- Para asegurarnos una buena seguridad pasiva dispondremos de airbag delanteros, traseros y laterales, y las lunas laminadas y pegadas.
- Nos pondremos el cinturón de seguridad. En el Real Decreto 1428/2003 de 21 de noviembre en su artículo 119, punto 2, marca como exenciones sobre la utilización del cinturón de seguridad en vehículos de emergencia: "La exención alcanzará igualmente cuando circulen en población, pero en ningún caso cuado lo hagan por autopistas, autovías, vías rápidas o carreteras convencionales a lo conductores y pasajeros de los vehículos en servicio de urgencia".
- Señalizaremos el inicio de la detención de nuestro vehículo frenando y poniendo los intermitentes hacia el lado en que aparcaremos. Utilizaremos reiteradamente las luces de freno para hacer más evidente la maniobra. Comprobaremos que los vehículos que nos siguen han percibido nuestra intención.
- Estacionaremos la ambulancia en un lugar seguro, de forma que quede bien frenada y con las ruedas orientadas hacia el bordillo de la acera o hacia el arcén de la carretera. Dejaremos las luces de emergencia encendidas con el motor en marcha para que no se agote la batería.
- Inspeccionaremos la zona de peligro, tomaremos las medidas de precaución y balizaremos la zona.
Hoy en día una ambulancia es imprescindible que cuente con un sistema de geolocalización que le permita llegar lo más rápido posible desde el hospital hasta el lugar donde se encuentre el paciente.
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