viernes, 11 de noviembre de 2016

Muerte súbita


¿Cuáles son las principales causas de muerte súbita (muerte repentina, evitable e inesperada) en el adulto?

La muerte súbita es la aparición repentina, evitable e inesperada de una parada cardiaca en una persona que aparentemente se encuentra sana y en buen estado.

Su principal causa es una arritmia cardiaca llamada fibrilación ventricular. Esta arritmia produce una actividad eléctrica cardiaca caótica que no es capaz de generar latido cardiaco efectivo, por tanto el corazón deja de bombear la sangre, la presión arterial cae a cero y se anula el riego sanguíneo del cerebro y del resto del cuerpo. Cuando se detiene la circulación, el oxígeno y los nutrientes dejan de llegar a los órganos, que rápidamente empiezan a sufrir. Es importante saber que el órgano más vulnerable es el cerebro. Unos pocos minutos de parada cardiaca pueden ser la causa de lesiones cerebrales graves; de hecho, estas son las principales secuelas en los pacientes que son reanimados.

La fibrilación ventricular es muy rara en corazones sanos.

En personas mayores de 35 años, la causa más frecuente es el infarto agudo de miocardio (IAM) hace referencia a un riego sanguíneo insuficiente, con daño tisular, en una parte del corazón (agudo significa súbito, mio músculo y cardio corazón), producido por una obstrucción en una de las arterias coronarias, frecuentemente por ruptura de una placa de ateroma vulnerable. La isquemia o suministro deficiente de oxígeno que resulta de tal obstrucción produce la angina de pecho, que si se recanaliza precozmente no produce muerte del tejido cardíaco, mientras que si se mantiene la anoxia (falta de oxígeno en un tejido) o hipóxia (disminución de suministro de oxígeno) se produce la lesión del miocardio y finalmente la necrosis, es decir, el infarto.

Entre las principales enfermedades cardiacas que pueden desencadenar la muerte súbita y que poseen un componente genético preponderante se encuentran:

  • Miocardiopatía Hipertrófica
  • Miocardiopatía Dilatada
  • Displasia Arritmogénica del Ventrículo Derecho
  • Síndrome de Brugada
  • Síndrome de QT largo (SQTL)
  • Taquicardia Ventricular Polimórfica Catecolaminérgica

Otros factores que podrían influir en su formación son la edad, el sexo (los hombres de avanzada edad tienen más posibilidades de sufrirla), el consumo de tabaco, obesidad, diabetes, subidas de tensión o unos niveles de colesterol LDL altos.


¿Cómo se puede prevenir la muerte súbita en el adulto?

Para prevenir la muerte súbita en el adulto, como primera medida es llevar una vida saludable: no fumar, controlar el tipo de alimentación, el peso y hacer ejercicio físico.

También resulta fundamental hacer un chequeo cardiológico, de este modo se pueden detectar y prevenir alteraciones que pueden desencadenar un episodio de muerte súbita.

Los estudios básicos que se realizan en un chequeo son:

  • Electrocardiograma: Gráfico en el que se registran los movimientos del corazón y es obtenido por un electrocardiógrafo.
  • Ecocardiograma: Gráfico que registra la posición y los movimientos del corazón mediante ondas ultrasónicas.
  • Ergometría: Prueba de esfuerzo.



¿Cuáles son las principales causas de muerte súbita en la edad infantil?

El síndrome de muerte infantil súbita (SMIS) es la muerte repentina e inexplicable de un niño menor de un año de edad. Algunas personas llaman al SMIS "muerte en la cuna" porque muchos casos de bebés que mueren por SMIS ocurren mientras duermen en sus cunas.

A día de hoy se desconocen las causas que provocan la muerte súbita en los bebés.



¿Cómo se puede prevenir la muerte súbita en el niño?

Dado el carácter inesperado de la enfermedad, no existen indicaciones que ayuden a prevenir la muerte súbita cardiaca. Sin embargo, la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda unos consejos para ayudar a prevenir el síndrome de muerte súbita infantil:

  • Poner al bebé a dormir boca arriba, incluso durante la siesta.
  • Intentar que el bebé duerma sobre una superficie firme, como la cuna, y evitar que duerma en la cama con adultos o en superficies menos firmes como el sofá.
  • Utilizar una sábana liviana para cubrir al bebé y evitar la utilización de almohadas, cobertores o edredones.
  • Vigilar la temperatura de la habitación para que no esté muy elevada.
  • Mantener al bebé en espacios libres de humo.




domingo, 6 de noviembre de 2016

Ejemplo de como actuaría un TES ante un accidente de tráfico


Un coche se ha salido de la calzada y ha chocado contra un árbol. Su único ocupante tiene un fuerte golpe en la cabeza, aunque no ha perdido la consciencia. Sale mucho humo del capó y parece que empieza a arder.

¿Dónde y a qué distancia del coche aparcarías tu ambulancia?

Si mi ambulancia es la primera en llegar al lugar del accidente y no hay ningún agente que me diga donde aparcar, esto es lo que haría:

Mi ambulancia deberá cortar, como mínimo, la circulación del carril afectado por el accidente, con la puerta lateral hacia la zona asegurada, para poder subir y bajar de la unidad sin riesgo para el personal y poder, así atender a los heridos en el accidente.

  • Para realizar esta maniobra, estacionaré la ambulancia con los rotativos encendidos a una distancia mínima de 25 metros antes del accidente, en un ángulo de unos 30 grados, con la puerta lateral hacia el mismo. Colocaré un triángulo de avería a una distancia mínima de 50 metros antes de la ambulancia, al verlo circularán con precaución el resto de conductores.
  • Si la vía es de dos sentidos, tendré que colocar otro triángulo a un mínimo de 50 metros después del accidente, en el sentido contrario.


En caso de que el accidente fuera en vía rápida o autovía, colocaría una primera señalización a 600 metros y otra a 300 metros del accidente.

En caso de que las condiciones climáticas me dificulten la visibilidad, como la oscuridad, la lluvia o la niebla, la distancia de seguridad debería ser superior.

También debo ampliar esta distancia si el accidente ocurre en una curva o cambio de rasante con difícil visibilidad.

¿Cómo apagarías el fuego del motor del coche?

Usaría el extintor de mi ambulancia, pero prestaría atención porque si abro el capó y permito la entrada de oxigeno, el incendio será incontrolable, quemando todo el vehículo en pocos minutos. Por lo que actuaría de esta manera:

Uso el extintor con ráfagas cortas, primero por debajo del motor y, después abriría un poco el capó, lo suficiente para que quepa la boca del extintor, y daría unas ráfagas cortas sobre él. Teniendo cuidado al hacer esto, ya que me podría quemar; por lo que me ayudaría con una palanca metálica.

Después, levantaría el capó totalmente, para dirigir el extintor sobre los lugares por los que viera salir el fuego.

¿Cómo colocarías al paciente en la camilla?

Usaría un collarín cervical y emplearía el "chaleco espinal" para la movilización inicial del paciente hasta la ambulancia, pero no trasladaría sobre este dispositivo, usaría la "tabla espinal".

Pondría el colchón de vacío sobre la camilla de la ambulancia y colocaría al paciente sobre ella y después sacaría el "chaleco espinal" y luego la "tabla espinal".

Lo colocaría tumbado boca arriba en posición Decúbito supino con la camilla totalmente tumbada, ya que tiene un traumatismo pero no ha perdido la consciencia.


Moldearía el colchón de vacío sobre el paciente y sacaría el aire para trasladarlo en bloque. Amarraría las cinchas del colchón al paciente y las de la camilla al colchón.

En el vehículo, el paciente sería colocado en sentido longitudinal a la marcha: Con la cabeza en el sentido de ésta (como se indica en el dibujo).


viernes, 4 de noviembre de 2016

Los órganos de los sentidos

Los órganos de los sentidos nos relacionan con el resto del mundo y nos traen la información necesaria para crecer como seres humanos. Cuando una persona pierde o merma las facultades de uno de sus sentidos, utiliza el resto para suplir esa falta de información. Nuestro cerebro y me atrevería a decir que nuestra alma se asoma al mundo a través de esas ventanas que son nuestros sentidos. La combinación armoniosa de todos ellos hará más satisfactoria la percepción a través de nuestros sentidos.


EL SENTIDO DE LA VISTA

Casi la mitad de todas nuestras impresiones sensoriales son visuales. La vista nos orienta sobre la forma, el tamaño, el aspecto superficial, color y la distancia a la que están los objetos que nos rodean.

ANATOMIA DEL OJO

EL GLOBO OCULAR

Cada uno de los globos oculares está en una cavidad ósea de la cara llamada órbita ocular, rodeado por tejido graso.

El globo está formado por tres membranas o paredes, que contienen los medios ópticos que atravesará la luz.

Las membranas del ojo descritas de fuera adentro, diferenciamos la esclerótica, la coroides y la retina.

- La esclerótica. Es una cubierta rígida, eminentemente protectora. Conforma el "blanco del ojo" y se continúa por delante en la córnea y por detrás en la vaina del nervio óptico.

- La coroides. Es una membrana que contiene los vasos que irrigará la retina. Su color negro convierte el ojo en una cámara oscura. El segmento anterior de la coroides forma el iris, que es la porción coloreada de los ojos, y la pupila, el círculo negro central. El iris contiene dos músculos, uno que contrae la pupila (a esta contracción se la llama miosis) y otro que la dilata (la dilatación es la midriasis); estos movimientos regulan la cantidad de luz exterior que llegará a la retina: cuando llega una luz demasiado intensa, un reflejo nervioso, hace que la pupila se contraiga; y cuando la luz sea escasa, la pupila se dilatará. Algo por detrás de los elementos citados está el músculo ciliar, que al contraerse y relajarse cambia la curvatura del cristalino. Alrededor del músculo ciliar está el cuerpo ciliar, que segrega el humor acuoso, un líquido transparente que llena el espacio entre el cristalino y la córnea. A la suma de coroides, cuerpo ciliar e iris se la llama úvea.

- La retina. Es una membrana que se fija al cuerpo ciliar por delante y al nervio óptico por detrás. Contiene los receptores de los estímulos visuales: los conos y los bastones.

  • Los conos sirven para la visión de los colores. Unos tres millones de conos se ocupan de la visión cromática. Son más abundantes en el centro de la retina. No funcionan cuando la luz es escasa, de modo que sólo apreciamos bien los colores durante el día.
  • Los bastones son sensibles a la luz, pero insensibles al color, funcionan aunque haya poca luz. Están dispersos por casi toda la retina, para llegar a sumar unos 75 millones.

La retina contiene una depresión o fóvea, que es la zona de máxima agudeza visual, en la que solamente hay conos. Cerca de ella se encuentra una zona llamada disco óptico, de donde parte el nervio óptico; en ella no hay receptores y por tanto no se captan estímulos -por eso se la llama punto ciego-. Esa imperfección no molesta a la visión porque el cerebro rellena ese hueco con la información de zonas adyacentes.




LOS MEDIOS ÓPTICOS QUE ATRAVIESAN LA LUZ

Para llegar a la retina, los rayos de luz han de atravesar los medios ópticos, que son sucesivamente la córnea, el humor acuoso, el cristalino y el humor vítreo. Los medios ópticos refractarán esos rayos, es decir, cambiarán su dirección para llevarlos al punto más apropiado de la retina.

  • La córnea. Es la parte anterior y transparente de la esclerótica. Funciona como una lupa, concentrando los rayos de luz. Es tan curvada que tiene un gran poder de refracción.
  • El humor acuoso. Es un líquido semejante al agua, que llena el espacio entre la córnea y el cristalino.
  • El cristalino. Es otra lente, que también concentra las imágenes sobre la retina (lo que se llama una lente convergente). Tiene, además, la ventaja de ser elástica y eso le permite variar su curvatura según la distancia a la que estén los objetos que se miran. Este proceso, llamado acomodación, consigue que los rayos que vienen de estos objetos se enfoquen siempre nítidamente sobre la superficie de la retina. Hemos explicado que la variación de la curvatura del cristalino depende del músculo ciliar.
  • El humor vítreo o cuerpo vítreo. Es una masa gelatinosa, que llena la mayor parte del globo ocular, la situada por detrás del cristalino.

LOS ÓRGANOS AUXILIARES DEL OJO

Ejercen funciones motrices y de irrigación y protección del globo ocular.

  • Los músculos oculares. Cada globo está movido por 6 músculos dispuestos de forma radial. El cerebro ha de coordinar con delicadeza la contracción y la relajación de todos ellos para lograr que los dos ojos converjan y puedan captar los estímulos del mismo punto del espacio.
  • La irrigación lacrimal. Permite conservar húmeda la parte expuesta del globo ocular, lo cual es imprescindible por ejemplo para mantener la córnea transparente. El líquido lo segrega una glándula lacrimal, situada por encima y por fuera del globo, y el parpadeo lo distribuye por toda el área expuesta.
  • La protección del globo ocular. La llevan a cabo los párpados, que unos repliegues de piel reforzados por láminas fibrosas. Los párpados contienen un músculo esfínter, el orbicular de los párpados, que cierra los ojos con fuerza, y también dos músculos más, que separan lo párpados entre sí. La cara profunda de los párpados, en contacto con el globo del ojo, está recubierta por mucosa; es la conjuntiva. De bordes libres de los párpados salen las pestañas, unos pelos cortos.


FISIOLOGÍA DE LA VISIÓN

Vemos los objetos porque reflejan una determinada cantidad de la luz que incide sobre ellos. Los rayos luminosos reflejados se dispersan y algunos de ellos alcanzan el ojo. El proceso para que ese rayo que llega al ojo estimule nuestro cerebro es el siguiente:

  • Los rayos de luz atraviesan la córnea, que actúa como una lupa, concentrándolos. Atraviesan el humor acuoso y se cuelan por el orificio de la pupila. Ésta actúa como el diafragma de las cámaras fotográficas, aumentando o disminuyendo su superficie según la intensidad de la luz entrante, de forma que penetra en el ojo una cantidad más o menos estable de luz. Los rayos de luz alcanzan el cristalino, cuya misión es enfocar todos los rayos en la superficie de la retina para que ésta perciba una imagen clara -de nuevo, como el foco de cámara fotográfica, que permite ver claramente unos objetos, dejando otros más borrosos-. Ya hemos dicho que el músculo ciliar es el que modifica la curvatura del cristalino. En el interior de la coroides, que actúa como una cámara oscura, los rayos de luz atraviesan el humor vítreo y llegan a la retina. Allí son detectados por las células fotorreceptoras, que convierten cada unidad de luz y color en un estímulo nervioso. 
  • Ese impulso nervioso se conduce a lo largo del nervio óptico hasta el área correspondiente en el lóbulo occipital. Allí se elabora el estímulo, formando una imagen completa y dándole un significado. Las imágenes formadas en las dos retinas son ligeramente diferentes y la fusión de las dos en la corteza occipital permite formar una imagen mental completa y única apreciando los objetos en tres dimensiones.



PATOLOGÍA DE LA VISIÓN

De entre las enfermedades más comunes que afectan a la visión empezaremos describiendo la ceguera, que es una disminución de la capacidad visual, tan grave que se hace insuficiente para las actividades más básicas, esa pérdida de visión puede deberse a lesiones tanto en el ojo como en el nervio óptico o en el encéfalo, aunque las más frecuentes son la afectación retiniana por la diabetes o por infecciones.

Otros trastornos visuales frecuentes son éstos:

  • La miopía. Es una anomalía de la refracción, cuyo motivo es que el globo ocular es demasiado largo. Por eso la imagen nítida se forma por delante de la retina y a ésta le llega una imagen borrosa. Mediante un esfuerzo de acomodación, la persona miope puede distinguir claramente aquello que está próximo, pero lo que está alejado lo ve siempre borroso. La miopía se corrige con lentes cóncavas, que dispersan los rayos de luz. Mediante una intervención quirúrgica que utiliza láser se puede esculpir la córnea para compensar el defecto visual.
  • La hipermetropía. Es la anomalía de refracción contraria a la anterior: el globo es demasiado corto y la imagen nítida se produce por detrás de la retina. En tal caso, lo que está lejos se distingue bien, pero lo que está cerca se ve borroso. Esta enfermedad se corrige con lentes convexas, que concentran los rayos de luz.
  • El astigmatismo. Es una anomalía de refracción causada porque la curvatura de la córnea no es uniforme; eso hace que las líneas rectas se vean distorsionadas. Se corrige con lentes cilíndricas, orientadas de una manera o de otra según la deformación corneal concreta.
  • El estrabismo. Es la incapacidad de los ojos para converger sobre el mismo punto. Los estrabismos más conocidos son el convergente, en el que la mirada se desvía medialmente, y el divergente, en el que se desvía lateralmente (este ocurre de forma frecuente durante la realización de exámenes… ) . Sin embargo, hay estrabismos en los cuales la desviación tiene un componente vertical, hacia arriba o hacia abajo. En algunos casos, el estrabismo de los niños puede corregirse si hacen ejercicios visuales que fortalezcan los músculos del ojo estrábico.
  • La presbicia o presbiopía. Es la pérdida de elasticidad del cristalino con la edad, de forma que no puede enfocar los objetos próximos. Comienza a notarse hacia los 40 años porque el paciente necesita alejar los objetos de sus ojos para verlos claramente. Podrá leer los textos cercanos si utiliza lentes convexas.
  • El daltonismo. Es una enfermedad hereditaria que se manifiesta como la dificultad o la imposibilidad de distinguir determinados colores. Hay muchas variantes de daltonismo, la más común es la incapacidad para diferenciar el rojo y el verde. En total sufren daltonismo el 8 % de las personas y la gran mayoría de los enfermos son hombres.
  • Las cataratas. Están causadas por la opacidad del cristalino, generalmente por causa del envejecimiento. No pueden curarse, de modo que hay que extraer quirúrgicamente el cristalino opaco y sustituirlo por una lente artificial intraocular.
  • La degeneración macular de la retina es un trastorno que reduce la agudeza visual, especialmente del centro del campo de visión. En España la sufren cerca del 2 % de la población y casi siempre afecte a mayores de 65 años. Su frecuencia y su gravedad aumentan con la edad, pero también influye el tabaquismo, que dobla el riesgo de sufrir la degeneración. Sus primeras manifestaciones son la visión turbia y distorsionada, con dificultades para leer, escribir y conducir, y a veces la aparición de un mancha negra en el centro de la imagen. Se puede detectar su presencia con la prueba de la rejilla de Amsler.


EL SENTIDO DEL OÍDO

El oído nos permite percibir los ruidos a nuestro alrededor.
Los ruidos están causados por las vibraciones de las moléculas del aire, que se propagan como variaciones en la presión; el oído transformará esas variaciones en estímulos auditivos.

ANATOMIA DEL OÍDO

El órgano del oído lo dividimos en:

  • oído externo, 
  • oído medio 
  • y oído interno. Junto a este último encontramos el aparato vestibular.


OÍDO EXTERNO:

El oído externo está compuesto por el pabellón auricular u oreja y el conducto auditivo externo. Este último en las personas adultas apenas mide 2,5 cm de longitud; está formado por una porción externa cartilaginosa y una interna ósea. El conducto contiene unas glándulas sudoríparas especializadas que segregan cera, cuya función es evitar que el agua quede estancada allí.

La membrana timpánica se toma como límite entre el oído externo y el medio. Tiene aproximadamente 1 cm de diámetro. Es semejante a la membrana de un tambor en cuanto que vibra con las diferentes ondas de presión del aire. Esa vibración se transmite inmediatamente a los huesecillos del oído medio.


OÍDO MEDIO:

El oído medio o caja del tímpano es un pequeño espacio, de apenas 2 mm de ancho y 2 cm de altura. En la parte medial tiene la ventana coclear y la ventana vestibular, recubiertas por membranas, que separan el oído medio del interno. Los huesecillos del oído son el martillo, el yunque y el estribo; juntos forman una cadena que recoge las vibraciones del tímpano y las transmite a la ventana coclear. A esta vía de transmisión de los sonidos se la denomina vía aérea, porque recoge las vibraciones del aire. Pero hay también una vía ósea de transmisión, en la que el aire hace vibrar los huesos de la cabeza y éstos, a su vez, a la ventana coclear. Por esta vía ósea tenemos menos sensibilidad auditiva, pero es un recurso cuando la transmisión aérea falla.

La trompa de Eustaquio es un conducto de 3,5 cm de largo, que comunica el oído medio con la nasofaringe. Normalmente está plegada, pero cuando se abre (al bostezar, al tragar o al mover la mandíbula), permite igualar las presiones de ambos lados de la membrana timpánica.


OÍDO INTERNO:

Está ubicado dentro del hueso temporal. Lo componen una serie de cavidades y conductos interrelacionados, que forman el caracol y el aparato vestibular.

  • El caracol o cóclea es un conducto espiral, de unos 3 cm de longitud total, parecido precisamente al caparazón de un caracol. Dentro de él se encuentra el órgano de Corti, que aloja un líquido (la endolinfa) y unas miles de células auditivas, cada una con sus pestañas sensoriales.
  • El aparato vestibular lo forman los tres conductos semicirculares, el utrículo y el sáculo. Todos ellos están rellenos de endolinfa y contienen también unas células ciliadas que son las receptoras del equilibrio.


La orientación en el espacio:

El órgano que nos permite conocer en qué posición está la cabeza en el espacio es el aparato vestibular, situado al lado del oído interno. La relación que tiene este órgano con el oído es simplemente anatómica, porque fisiológicamente no tienen nada que ver.

El aparato vestibular tiene varias funciones: 

a) nos permite orientarnos en el espacio,
b) detecta las aceleraciones lineales y rotatorias de la cabeza en cualquier dirección del espacio y
c) inicia los reflejos para mantener la cabeza en posición vertical.

Algunos ejemplos de situaciones en las que actúa el aparato vestibular son la marcha o la carrera, la puesta en marcha o la parada de un vehículo, la respuesta a la propia gravedad terrestre, los giros sobre uno mismo o el mantenimiento del equilibrio al volver la cabeza.

El objetivo del aparato vestibular es situar el cuerpo de una manera que nos permita mantener el equilibrio, algo imprescindible por ejemplo para poder mantenerse de pie y para caminar. Con todo, en el mantenimiento del equilibrio colaboran otras informaciones, como las provenientes de los ojos, las sensaciones de presión en determinadas áreas cutáneas, la distensión de algunas articulaciones y sus ligamentos y la contracción o la relajación de determinados músculos.


FISIOLOGIA DE LA AUDICIÓN

Se organiza en una secuencia muy lineal. Las ondas sonoras son captadas por el pabellón de la oreja y penetran por el conducto auditivo externo hasta llegar a la membrana del tímpano. Éste vibrará por el impacto de las ondas sonoras, vibración que se transmite al mango del martillo, soldado a dicha membrana, y de éste, sucesivamente, al yunque y al estribo.

El estribo transmite las ondas de presión a la membrana de la ventana coclear y ésta las comunica al caracol, cuyo líquido oscila en respuesta a las ondas sonoras. Estas oscilaciones curvan las pestañas de las células auditivas que se encuentran en el órgano de Corti lo que provoca que emitan impulsos nerviosos, que van por el nervio auditivo hacia el cerebro. Allí se perciben estos estímulos, se elaboran y se interpretan como sonidos.


PATOLOGIA DEL OIDO

Describiremos las principales enfermedades y trastornos auditivos procediendo desde el exterior al interior.

  • El tapón de cera en el oído: Se produce cuando se acumula la cera en el conducto auditivo. Causará una disminución más o menos intensa de la audición, además de vértigos.
  • La otitis externa: Es la inflamación del Conducto Auditivo Externo (CAE), es la más común de las otitis. Puede cursar con fiebre y otalgia
  • La otitis media: Es la inflamación de la mucosa del oído medio. Su causa más común es una infección, que, si es bacteriana, necesita tratamiento con antibióticos por vía general.
  • La otosclerosis: Es una enfermedad causada por la rigidez de la ventana coclear, que inmoviliza el estribo, de manera que este huesecillo no puede transmitir las vibraciones y se pierde la audición.
  • La sordera: Se considera sorda a la persona incapaz de captar una comunicación verbal. Es un trastorno relativamente frecuente, especialmente en las personas ancianas. Hay sorderas de transmisión (por lesión del oído externo o medio) y sorderas de percepción (por lesión coclear o nerviosa). Muchas sorderas pueden corregirse con audífonos externos o cocleares; la utilización de un audífono habría de aceptarse igual que se acepta llevar gafas cuando se tienen problemas visuales.
  • El vértigo: Se manifiesta como una sensación de mareo que puede ir acompañada de palidez, sudoración, taquicardia, náuseas e incluso vómitos. Entre sus muchas causas están un tapón de cera, una inflamación vestibular, lesiones nerviosas, epilepsia, jaquecas, tumores, intoxicaciones...


LOS SENTIDOS DEL GUSTO Y DEL OLFATO

ANATOMIA Y FISIOLOGIA DEL GUSTO

Los órganos sensoriales del gusto se encuentran en las papilas de la lengua, denominadas gustativas.

Podemos distinguir cuatro sabores: 

  1. el salado, 
  2. el dulce, 
  3. el agrio o ácido 
  4. y el amargo.

Cada uno de los cuales tiene sus receptores específicos, que predominan en áreas diferentes de la lengua: el dulce y el salado, sobre todo, en la punta, el agrio en los bordes y el amargo en la base.

Los receptores envían sus impulsos por los nervios hacia el cerebro. En la captación de los sabores de las comidas tiene una gran participación el sentido del olfato, mucho más capaz de captar matices. Por eso los especialistas distinguen entre gusto y sabor; el primero es la sensación primaria transmitida por los receptores linguales y el segundo es la suma de las sensaciones gustativas y olfativas.

ANATOMIA Y FISIOLOGIA DEL OLFATO

Los receptores del olfato están en la membrana pituitaria, una mucosa en la parte superior de las fosas nasales. Las moléculas que dan esta sensación llegan a la pituitaria con el aire inspirado o desde la cavidad bucal, con el aire que atraviesa las coanas.

Las células olfatorias son neuronas especializadas en recoger los estímulos olfativos. Convergen en los dos nervios olfatorios, que entran a la cavidad craneal y van al cerebro. Los olores agradables de comida provocan reflejos de secreción gástrica, mientras que los desagradables pueden provocar náuseas y vómito. También los sabores agradables pueden provocar esas reacciones en un sentido u otro. Las células olfatorias se fatigan con cierta rapidez, de manera que después de un tiempo de estar en un ambiente que tiene un olor determinado dejamos de percibirlo.

PATOLOGIA DEL GUSTO Y DEL OLFATO

Aunque suele darse poca importancia a los sentidos del gusto y del olfato, su alteración o su pérdida afectan a la calidad de vida de la persona que las sufre. Es importante aprender algo sobre ellas, porque muchas de esos trastornos son tratables y curables.

El sentido del gusto puede sufrir alteraciones cuantitativas y cualitativas. Las primeras consisten en la reducción de la sensibilidad para detectar gustos y las segundas, en la percepción alterada de los gustos. Llamamos hipogeusia a la pérdida parcial y ageusia a la pérdida total, mientras que la percepción alterada es la disgeusia.

Existen muchas causas de alteración o pérdida del sentido del gusto. Algunas pérdidas son definitivas y otras, transitorias y recuperables al eliminar el agente lesivo. Entre las causas más frecuentes están:

  • las infecciones víricas, 
  • la candidiasis oral, 
  • la radioterapia, 
  • la quimioterapia y algunos fármacos, 
  • los déficits de cinc o de algunas vitaminas, 
  • el consumo prolongado de tabaco, 
  • la depresión y varias enfermedades endocrinas. 
  • Otras lesiones frecuentes afectan al sistema nervioso, como la lesión de los nervios que transmiten la sensación, el accidente vascular cerebral o la esclerosis múltiple.

Por lo que respecta al olfato, una de cada seis personas padece un pérdida parcial de la capacidad olfativa (hiposmia) y una de cada doscientas una pérdida completa (anosmia).

Las principales causas patológicas de alteración o pérdida del olfato, ya sea temporal o permanente, son:

  • el resfriado común, 
  • la inflamación crónica de la mucosa nasal y de los senos, 
  • los pólipos nasales, 
  • los traumatismos craneofaciales, 
  • el tabaquismo 
  • y las enfermedades de Alzheimer o de Parkinson. 
En un segundo grupo de causas, menos frecuentes, están:

  • los medicamentos, 
  • la cocaína, 
  • la exposición a tóxicos y contaminantes,
  • y los déficits nutricionales.


EL SENTIDO DEL TACTO

El tacto es el sentido que proporciona información sobre la forma y la textura de los objetos. Sus órganos receptores están en la piel y en las mucosas.

ANATOMIA DE LA PIEL

La piel es un órgano que recubre todo nuestro cuerpo y continúa en los orificios naturales con las mucosas. De hecho, es el órgano más grande del cuerpo, con una superficie total entre 1,5 y 2 metros cuadrados.

En un examen microscópico observaremos que la piel está formada por tres capas, que son, desde la superficie hacia la profundidad, la epidermis, la dermis y la hipodermis.

  • La epidermis. Está formada por células dispuestas en capas o estratos. Sus células más superficiales son aplanadas y están casi completamente rellenas de queratina. La epidermis de las palmas de las manos y de las plantas de los pies es más gruesa. Las capas más superficiales de la epidermis está formada por células muertas.
  • La dermis. Es una capa de tejido conectivo con fibroblastos e histiocitos que son las células precursoras de las fibras de colágeno y de fibras elásticas respectivamente. En la profundidad de la dermis están los anejos cutáneos, los receptores nerviosos, los plexos de vasos sanguíneos y los vasos linfáticos. Así que ésta es la capa sensible de la piel y la que nutre a las otras.
  • La hipodermis o tejido celular subcutáneo o tejido adiposo subcutáneo. Su contenido graso le permite actuar como aislante mecánico y térmico y como reserva de energía.


Los anejos cutáneos participan en las diferentes funciones de la piel. Podemos diferenciar los siguientes:

  • Las uñas son láminas de queratina, curvadas, que cubren el dorso de la falange distal de los dedos.
  • Los pelos son filamentos que sobresalen de la piel, también formados por queratina. Tienen una función protectora y son un símbolo estético. Distinguimos entre pelo, cabello y pelo terminal: el primero es más delgado y está por casi todo el cuerpo, el cabello cubre la bóveda craneal y el pelo terminal es el que sale después de la pubertad.
  • Las glándulas sebáceas excretan el sebo, una sustancia grasa que actúa como una crema, lubricando y flexibilizando la piel, impermeabilizándola y evitando las grietas.
  • Las glándulas sudoríparas segregan el sudor. Algunas actúan respondiendo al calor ambiental, otras responden a la ansiedad y otras forman parte de los caracteres sexuales secundarios.


LAS FUNCIONES DE LA PIEL:

La piel tiene cuatro funciones principales, de las que ninguna predomina sobre las otras:

  • Protección. Esta función la hemos explicado en el tema de inmunidad.
  • Regulación de la temperatura. La grasa subcutánea y la capacidad de contraer los vasos sanguíneos cercanos a la piel nos aíslan parcialmente del frío ambiental. Por otro lado, cuando hace calor los vasos se dilaten y el calor de la sangre puede difundir hacia el exterior. Asimismo, el sudor excretado se evapora en la superficie corporal y colabora a refrescarla.
  • Recepción sensorial. En la piel se encuentran los receptores sensoriales del tacto. 
  • Relación social, porque tiene mucho que ver con la imagen que una persona tiene de sí misma y de su atractivo.


LOS RECEPTORES SENSORIALES:

Especialmente en la dermis se encuentran distribuidos diferentes receptores sensoriales o corpúsculos, cada uno con una función especializada. Los más importantes son los receptores de los estímulos del tacto fino, de la presión, del frío y el calor y del dolor.

  • El tacto fino. Nos permite apreciar la forma y la textura de los objetos. Lo captan dos tipos de receptores especializados de la piel:


  1. Los corpúsculos de Meissner. Son más abundantes en las zonas más sensibles, como por ejemplo los pulpejos de los dedos o la punta de la lengua.
  2. Las redecillas nerviosas que rodean los bulbos pilosos del vello que tenemos en todo el cuerpo.


  • La temperatura. Se registra mediante receptores específicos para el calor (los corpúsculos de Ruffini) y para el frío (los corpúsculos de Krause) aunque nuestras sensaciones reales son las de diferencia de temperatura entre nuestro cuerpo y el objeto tocado. La sensación de calor se percibe lentamente, de manera que puedes quemarte con un objeto caliente antes de notar que lo estaba.
  • El dolor. Lo captan terminaciones nerviosas libres en la profundidad de la piel, estimuladas por los productos de descomposición de los tejidos destruidos. El dolor empuja a apartarse del estímulo doloroso y por eso decimos que el dolor tiende a proteger a nuestro organismo.
  • La presión. La captan unos corpúsculos cutáneos especiales, profundos y laminados (discos de Merkel y corpúsculos de Vater-Pacini). La sensación de presión aparece cuando en un área de la piel hay más presión que en la adyacente.


LA CAPACIDAD PERCEPTIVA EN LAS PERSONAS ANCIANAS

Por lo que respecta a la visión, con el envejecimiento se pierde agudeza visual y la persona necesita una luz más intensa para percibir bien los objetos. Por eso conviene cambiar las fuentes de luz de la casa por otras más potentes, especialmente en las áreas en las que hay más peligro.

Los ancianos suelen sufrir presbicia y cataratas como un cambio inevitable que acompaña al envejecimiento. La audición también se deteriora con la edad y cuando la pérdida de sensibilidad auditiva impide escuchar bien las conversaciones la solución más razonable es el uso de un audífono apropiado. Lo mismo sucede con la sensibilidad gustativa, que va reduciéndose con el envejecimiento. Eso influye un poco en la idea tan extendida de que antes las comidas tenían otro sabor. De la misma manera van reduciéndose, a partir de los sesenta años, las capacidades de detectar olores y de identificarlos, aunque parece que las mujeres conservan la sensibilidad olfativa durante más tiempo.

La sensibilidad táctil fina se reduce ligeramente con la edad y aumenta la sensibilidad al frío.
En conjunto, pues, el envejecimiento lleva a que a la persona anciana le cueste cada vez más percibir los estímulos del entorno, y sienta que debe esforzar más su atención para continuar percibiéndolos. Cuando se canse de hacerlo o no le interese lo suficiente, excluirá algunos de ellos y se irá aislando de su entorno.



miércoles, 2 de noviembre de 2016

Caso Práctico de la Valoración de los signos Vitales

Desarrollando tú labor como técnico sanitario, el centro coordinanador te envía a socorrer a una persona que ha sufrido una caída. Cuando llegas al lugar, te encuentras con el paciente tumbado boca arriba, que se queja de dolor en el miembro inferior izquierdo con sangrado abundante y sin deformidad.

¿Como debes actuar?

A: Valoración de la permeabilidad de la vía aérea.

Un factor determinante para saber si la vía aérea está permeable, es saber el nivel de consciencia del paciente. Con lo cual le preguntaré en voz alta como se encuentra. La víctima me responde que le duele mucho la pierna. Por lo que deduzco que sus vías respiratorias están permeables.

B: Valoración de la respiración.

Al saber que tiene las vía aéreas despejadas, procederé a hacer la valoración respiratoria.
Observo que tiene taquidnea ya que respira por encima de 20 respiraciones por minuto, pero no emite ningún ruido extraño, tampoco encuentro tos, expectoración, hemoptisis, deformidad en el pecho u otros signos o síntomas de mala respiración.

C: Valoración circulatoria.

Taponaremos la hemorragia que tiene en la pierna izquierda y comprobaremos su pulso. Le coloco el pulsioxímetro y este no funciona. La causa del problema es que las manos del paciente están frías. examino su pulso radial y obtengo un valor de 120 latidos por minuto.
Le tomo la tensión Arterial, dándome un valor de TA sistólica de 100 mmHg y TA diastólica de 60 mmHg.

D: Valoración Neurológica.

Le pregunto al paciente que es lo que pasó. Este me contesta sobresaltado que empezó a sentirse mareado y cansado, pero que nunca le había sucedido esta pérdida de conciencia. Le digo si había desayunado antes, lo cual me dice que no, que estaba haciendo ejercicio en ayunas.
Con estos datos le hago la prueba de glucemia y me da que tiene 60mg/dl.

E: Otras Valoraciones.

  • Dolor: refiere dolor en la pierna a causa de una hemorragia profunda.
  • Temperatura: baja a causa de la hemorragia.
  • Observar la piel: Sudorosa a causa del episodio de hipoglucemia.

Con estos datos le daremos agua con azúcar o un zumo de naranja y lo trasladaremos al centro sanitario.




lunes, 31 de octubre de 2016

El sistema nervioso


A pesar del dibujo de la portada, el sistema nervioso no es un conjunto de cables eléctricos conectados entre sí. La apasionante complejidad de estructuras, neurotransmisores, hormonas, células y órganos hacen de este sistema, el más importante del cuerpo humano.
Está en continua investigación, hace poco tiempo (17 de enero de 2013) desayunábamos con la noticia en la radio del descubrimiento de una “vacuna” contra el Alzheimer, de investigación española, que aunque no supone la cura real de esta plaga del siglo XX y XXI si es un paso muy importante para la humanidad.


EL SISTEMA DE COORDINACIÓN DEL ORGANISMO

El sistema nervioso es el encargado de coordinar las tareas y de regular todas las funciones de los órganos del cuerpo.

El sistema nervioso logra que todas las células de nuestro cuerpo actúen con un objetivo común. Si las personas que forman un equipo deportivo, un hospital o una empresa necesitan coordinarse para funcionar ¿qué no necesitarán los cien billones de células de nuestro organismo? Visto en términos muy generales, el sistema nervioso funciona así: el cuerpo tiene muchos órganos que constantemente recogen información del ambiente externo y de su medio interno; estudiando esas informaciones en conjunto, el sistema nervioso elabora unas respuestas que servirán para que el organismo se adapte a los cambios del medio y a sus necesidades en cada momento. Algunas de estas respuestas son sencillas, como el reflejo de retirada de la extremidad ante un dolor pero otras son mucho más complejas.


LAS CÉLULAS DEL SISTEMA NERVIOSO

Si examinásemos el sistema nervioso con el microscopio óptico veríamos que está constituido por varios tipos de células. Las más importantes son las neuronas, las células que transmiten los impulsos nerviosos. Los otros tipos son distintas variedades de células, que protegen y nutren a las neuronas y que en conjunto se denominan neuroglía.


LA ESTRUCTURA DE LA NEURONA

Esquemáticamente, la neurona está formada por tres partes:

  1. El cuerpo celular, en el que se encuentra el núcleo de la célula y la mayoría de orgánulos. 
  2. Las dendritas, que son unas prolongaciones celulares, cortas y ramificadas. Por ellas entran los impulsos nerviosos a la neurona.
  3. El axón es una prolongación mayor, a veces verdaderamente larga, ya que los axones más largos alcanzan más de un metro de longitud. Se puede ramificar hacia el final de su trayecto. Por el axón sale el impulso nervioso que transmite la neurona.


Las vainas de mielina

Los axones y las dendritas están recubiertos por un aislante particular, la vaina de mielina, que protege a esta porción de la neurona y acelera la trasmisión del impulso nervioso. La vaina la forman los oligodendrocitos o las células de Schwann, dos de los tipos de células de la neuroglía; para formar la vaina, la célula auxiliar forma una espiral alrededor del segmento de axón o de la dendrita, como si envolvierais un bolígrafo con una tira de papel. Con todo, el recubrimiento es discontinuo, ya que se interrumpe por completo cada 1mm en los llamados nódulos de Ranvier. El deterioro de estas vainas causa enfermedades graves, de las que la más conocida es la esclerosis múltiple.


La red neuronal

El sistema nervioso humano tiene unos diez mil millones de neuronas y una cantidad mucho mayor de células de neuroglía. Las neuronas reciben impulsos de otras y, a la vez, están en contacto con algunas más, de modo que todas juntas integran una enorme red tridimensional, con un número inmenso de circuitos neuronales interrelacionados. En estos circuitos, muchos axones y dendritas recorren juntos un trayecto determinado, envueltos y protegidos por las células de apoyo. Se agrupan en haces, formando fibras nerviosas, que a su vez se mantienen unidas y agrupadas por envolturas de tejido conectivo. Dentro del sistema nervioso central estas fibras se llaman tractos, mientras que las fibras del sistema nervioso periférico se denominan nervios.


El tejido nervioso: la sustancia blanca y la sustancia gris

Si tomamos el cerebro de un animal, lo seccionamos y lo observamos a simple vista, podremos ver unas áreas de color claro y otras de color oscuro. Son la sustancia blanca y la sustancia gris.

  • La sustancia blanca. Está formada principalmente por los axones y las células que los envuelven. De hecho, esta coloración blanquecina la produce el recubrimiento de mielina. La sustancia blanca se encuentra en la profundidad del encéfalo, en la superficie de la médula espinal y en los nervios.
  • La sustancia gris. Está constituida básicamente por cuerpos neuronales y por dendritas cortas. Se encuentra en distintos lugares del sistema nervioso: en la superficie del encéfalo y en su profundidad, en distintos núcleos nerviosos, en el interior de la médula y en los ganglios nerviosos.


FISIOLOGÍA DE LA NEURONA

Las neuronas y sus funciones

La neurona es una célula especializada en una sola tarea, la transmisión de impulsos eléctricos a gran velocidad y a gran distancia. En el sistema nervioso hay distintos tipos de neuronas, con funciones diferentes:

  • Neuronas sensitivas o aferentes. Son las que transmiten sensaciones desde los órganos de los sentidos hasta el sistema nervioso central.
  • Neuronas motoras o eferentes. Son las que transmiten respuestas desde el sistema nervioso central hasta los distintos órganos. Las respuestas podrán ser contracciones musculares o secreciones glandulares.
  • Neuronas de conexión. Son las que reciben las informaciones, las elaboran y establecen la respuesta.


La conexión entre neuronas: la sinapsis

Al observar las neuronas con un microscopio electrónico advertimos que no se tocan unas a otras, sino que dejan pequeños espacios entre ellas, son los llamados espacios sinápticos. Eso significa que el impulso nervioso, para transmitirse, deba saltar desde una neurona a la siguiente. El salto se consigue porque la neurona transmisora vierte ciertas moléculas, denominadas neurotransmisores, al espacio sináptico. Los neurotransmisores se difunden por el espacio sináptico hasta alcanzar los receptores apropiados en la neurona siguiente, en la que provocarán un nuevo impulso nervioso, que viajará adelante por ella. Estas conexiones funcionales, que no físicas, llamadas sinapsis permiten una regulación más fina de la intensidad de cada impulso y de su dispersión por la red de neuronas.

Así pues, la sinapsis es la conexión funcional entre neuronas, que transmite el impulso nervioso de unas a otras.

La neurona transmisora se denomina presináptica y la receptora, postsináptica.

Desde el punto de vista anatómico, el sistema nervioso se separa en sistema nervioso central y sistema nervioso periférico. El primero está encerrado en un estuche óseo y el segundo, fuera de este.



EL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL

El sistema nervioso central está formado por el encéfalo y la médula espinal, dos órganos envueltos por varias cubiertas protectoras.

EL ENCEFALO

El encéfalo es la parte del sistema nervioso central que está en la cabeza, dentro del cráneo. Es el conjunto principal de centros de coordinación e integración. Está formado por el cerebro, el cerebelo y el tronco del encéfalo.

EL CEREBRO

Es la parte más voluminosa del encéfalo. Hemos de describir dos áreas de este, constituidas por sustancia gris: la corteza cerebral y el diencéfalo.

La corteza cerebral. Tiene una forma similar a la de una esfera, pero su superficie está plegada y a estos pliegues se les denomina circunvoluciones. Las más superficiales se llaman surcos y las más profundas, cisuras. Estas últimas separan varios espacios:

  • La cisura interhemisférica divide corteza cerebral en dos hemisferios derecho e izquierdo. Sin embargo separación entre ellos no es completa porque están conectados en la profundidad por un haz de fibras nerviosas, llamado cuerpo calloso.
  • La cisura lateral o de Silvio separa los lóbulos frontal y parietal del lóbulo temporal.
  • La cisura central o de Rolando separa el lóbulo frontal del lóbulo parietal.
  • La cisura perpendicular externa separa el lóbulo occipital de los parietales de ambos lados.



Las cuatro zonas o lóbulos que existen a cada lado: frontal, temporal, parietal y occipital (éste es un solo lóbulo, central), se sitúan aproximadamente por debajo de los huesos que llevan el mismo nombre. Por debajo de la cisura de Silvio se encuentra otra zona de sustancia gris llamada Ínsula de Reil.

El diencéfalo. Está por debajo de los hemisferios, en la base cerebral. Es un área con varios núcleos de sustancia gris, entre los que destacaremos el tálamo, el hipotálamo y la hipófisis.

  • El tálamo esta formado por dos masas voluminosas, unidas por una comisura gris.
  • El hipotálamo y la hipófisis forman parte a la vez de los sistemas nervioso y endocrino.

EL CEREBELO

Es la parte del encéfalo que está por detrás y por debajo del cerebro, por dentro de la nuca. La estructura del cerebelo se parece a la del cerebro, con circunvoluciones y surcos. Se compone de un cuerpo central o vermis y de dos lóbulos cerebelosos. Como en el caso del cerebro, hay sustancia gris en la superficie y en algunos núcleos internos, y el resto es sustancia blanca. En una sección transversal podemos ver como esta sustancia blanca interna se dispone de manera ramificada.


EL TRONCO DE ENCÉFALO

Se encuentra por debajo del cerebro y por delante del cerebelo, en la base del cráneo. Contiene varios núcleos nerviosos y los tractos que comunican al cerebro y al cerebelo con la médula espinal. Macroscópicamente dividimos el tronco del encéfalo en mesencéfalo protuberancia y bulbo raquídeo.
  • El mesencéfalo. Está situado en la parte superior. Sus núcleos participan en la visión y en la audición, en la alerta general y en la coordinación muscular.
  • La protuberancia o puente es la parte más abultada. Su componente más abundante son tractos de sustancia blanca.
  • El bulbo raquídeo. Está formado por numerosos haces de fibras nerviosas que conectan los centros encefálicos con la médula espinal y también por núcleos, que rigen el funcionamiento del corazón, el de la respiración y el de otras funciones involuntarias.




LA MÉDULA ESPINAL

La médula espinal es un cilindro nervioso de unos 45 centímetros de largo y 1 centímetro de diámetro, que recorre el interior de la columna vertebral. Comienza en el bulbo raquídeo y termina en muchos filamentos, a la altura de la segunda vértebra lumbar. La médula espinal es la carretera de paso de impulsos nerviosos sensitivos o motores, que viajan entre el encéfalo y el tronco y las extremidades. Pero tiene también una cierta capacidad rectora, al alojarse allí los reflejos nerviosos. Estos reflejos dependen de la sustancia gris de la médula espinal. En un corte transversal de la médula observarás que la sustancia gris está distribuida en forma de mariposa, alrededor de la cual se ubica la sustancia blanca. Al disecar la sustancia gris se comprueba que contiene tres astas o cordones a cada lado: la posterior -sensitiva-, la anterior -motora- y la lateral.



LAS CUBIERTAS PROTECTORAS

Como hemos dicho, el sistema nervioso central está protegido por huesos, pero también por las meninges y el líquido cefalorraquídeo.

  • Los huesos son los del cráneo, tanto los de la bóveda como los de la base de este, que protegen el encéfalo. La columna vertebral resguarda la médula espinal.
  • Las meninges son tres membranas, situadas entre los huesos y el sistema nervioso. De fuera adentro se denominan: duramadre (es la más gruesa, espesa y resistente), aracnoides (filamentosa, similar a una tela de araña) y piamadre (muy vascularizada, adherida a la superficie del encéfalo y de la médula espinal).
  • El líquido cefalorraquídeo es un líquido transparente, que llena los espacios entre el sistema nervioso central, las meninges y los huesos actuando como un amortiguador contra las sacudidas y golpes.

EL SISTEMA NERVIOSO PERIFÉRICO

El sistema nervioso periférico está formado por una red de nervios, ganglios nerviosos y receptores especializados, que enlazan el encéfalo y la médula espinal con el resto del organismo.


LOS NERVIOS Y LOS GÁNGLIOS NERVIOSOS:

Hemos explicado que los axones y las dendritas neuronales se agrupan en haces y que éstos, en el sistema nervioso periférico, se denominan nervios. Según la dirección en que se mueve su información distinguimos entre:

  • Nervios sensitivos, que son los que llevan información al sistema nervioso central.
  • Nervios motores, llevan la respuesta desde este.
  • Nervios mixtos, en los que circula información en ambos sentidos.

Del sistema nervioso central salen 43 pares de nervios, la mitad hacia la izquierda y la otra mitad hacia la derecha.

  • Nervios craneales, hay 12 pares, que nacen de los centros encefálicos, salen del cráneo a través de ciertos orificios en su base y van hacia la cara, el cuello y el tronco.
  • Nervios raquídeos, hay 31 pares, que parten de la médula espinal y se diseminan por el tronco y las extremidades. Según el nivel de la columna del que salgan recibirán el nombre de nervios cervicales (8 pares), dorsales (12 pares), lumbares (5 pares), sacros (5 pares) y coxígeos (1 par). Todos los nervios raquídeos son nervios mixtos.

La formación de los nervios raquídeos es compleja: de cada pared lateral de la médula salen dos raíces nerviosas, una raíz dorsal y otra ventral. La primera conduce estímulos sensitivos hacia la médula y la segunda, estímulos motores hacia la periferia. Esas raíces se reúnen en un nervio raquídeo, que atraviesa la columna por un espacio entre dos vértebras, denominado agujero de conjunción.


Los ganglios nerviosos son los puntos del sistema nervioso periférico en los que termina una neurona y se establece la sinapsis con la neurona siguiente. Allí están también los cuerpos neuronales de esta segunda neurona.

Los receptores especializados son neuronas sensitivas que captan determinados estímulos y los traducen a impulsos nerviosos.
Estos impulsos viajarán por los axones de estas neuronas, que forman los nervios sensitivos, hacia el encéfalo o la médula espinal. Hay receptores especializados en la retina, en la mucosa nasal, en el oído interno, en la lengua, en la piel, en los músculos, en las articulaciones, en el tubo digestivo..., en definitiva, en todos los puntos que nos aportan información.


LOS NERVIOS CRANEALES


  • Olfatorio: Sensorial. Sus dendritas y cuerpos celulares están en la mucosa nasal.
  • Óptico: Sensorial. Sus dendritas y cuerpos celulares están en la retina. 
  • Motor ocular común: Motor. Inerva varios músculos de la órbita ocular y mueve la pupila y el cristalino.
  • Patético: Motor. Inerva un músculo de la órbita ocular. 
  • Trigémino: Mixto. Neuronas motoras: inervan los músculos de la masticación. Neuronas sensitivas: llevan información de la piel y de las mucosas de la cabeza, y también de los dientes.
  • Motor ocular externo: Motor. Inerva el músculo que mueve el ojo hacia el exterior.
  • Facial: Mixto. Inerva los músculos de la cara y del cuero cabelludo. Tiene fibras autónomas, hacia las glándulas salivales y las glándulas lacrimales. Sus fibras sensitivas transportan sensaciones desde los dos tercios anteriores de la lengua.
  • Estatoacústico: Sensorial. Transporta las sensaciones auditivas y también las referidas a la posición y los movimientos de la cabeza.
  • Glosofaríngeo: Mixto. Recibe sensaciones desde la lengua y la faringe. Sus fibras o motoras colaboran en la deglución.
  • Vago: Mixto. Se dispersa por la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios los pulmones, el corazón, el esófago, el estómago, la vesícula biliar y el intestino. Rige diversas funciones viscerales.
  • Espinal: Motor. Colabora en los movimientos del hombro y de la cabeza y en la fonación.
  • Hipogloso: Motor. Inerva muchos músculos de la lengua.



FISIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO

El sistema nervioso funciona siguiendo siempre el mismo proceso: recogida de información, procesamiento y emisión de respuesta.



1.- LA RECOGIDA DE INFORMACIÓN

Hay receptores nerviosos en todos los puntos del interior y del exterior de nuestro cuerpo y los cambios en esos puntos estimulan o deprimen a los receptores. Por eso definimos un estímulo como cualquier cambio en el ambiente que nuestros receptores nerviosos sean capaces de captar, llamamos estímulos externos a los captados por los sentidos: el frío, el viento sobre la piel, un sonido agudo, el olor a amoníaco, la luz intensa, el sabor ácido del limón...

Son estímulos internos aquellos provenientes del organismo: la fatiga, el dolor, la saciedad, el exceso de dióxido de carbono en la sangre, la posición de una articulación, etc.
Los receptores especializados captan esos cambios, los traducen a impulsos nerviosos y, a lo largo de sus axones, llevan la información al encéfalo o a la médula espinal.


2.- SU PROCESAMIENTO

Los impulsos llegan a los centros nerviosos de la médula y del encéfalo, donde están las neuronas de conexión. Estos centros reciben las informaciones recogidas en diferentes puntos, la reúnen y procesan todo el conjunto. En el procesamiento interviene también la información recogida en la memoria, que aporta datos sobre lo que ocurrió en ocasiones anteriores, las respuestas que se emitieron y los resultados obtenidos. Con todos estos elementos se elabora una respuesta, sencilla o compleja.

  • En la médula espinal: La médula espinal no es sólo un lugar de paso de la información, sino que contiene centros nerviosos suficientes para emitir las respuestas más sencillas, los llamados actos reflejos, que son acciones que se producen de manera automática ante la presencia de un estímulo determinado, sin que intervenga la conciencia. Uno de los actos reflejos sencillos más conocidos es el reflejo rotuliano que consiste en la extensión de la pierna cuando te golpean el tendón rotuliano del cuádriceps por debajo de la rótula. Otros actos reflejos son la retirada rápida de la parte del cuerpo que sufre dolor o la micción al notar la vejiga urinaria llena. Hemos explicado ya que estos estímulos y estas respuestas viajan a lo largo de los nervios raquídeos.



  • En el tronco encefálico: El bulbo raquídeo, uno de los componentes del tronco del encéfalo, lleva a cabo reflejos nerviosos más elaborados, tales como la tos cuando algo irrita la garganta, el estornudo cuando algo irrita la nariz, el vómito cuando se sienten náuseas intensas, etc. El bulbo rige también muchas funciones de las vísceras, como el ritmo respiratorio, el ritmo cardíaco, el reflejo de la deglución, o la contracción y la dilatación de las fibras musculares de los vasos sanguíneos. Como en esos actos no intervienen la conciencia ni la voluntad, decimos que son involuntarios.



  • En el cerebelo: El cerebelo coordina gran parte de las actividades motoras, empezando por las sencillas como conservar el tono muscular apropiado para mantener la postura y para moverse, o mantener la posición vertical de la cabeza al estar de pie sobre una superficie inclinada. También maneja reflejos más elaborados como mover las manos hacia el suelo cuando la persona se cae. El cerebelo también es capaz de coordinar por sí mismo las actividades motoras complejas, una vez que la persona las ha aprendido. Por eso será capaz de realizarlas sin pensar en ellas: mantener el equilibrio cuando está de pie o caminando, ir en bicicleta, bailar, tocar el piano...



  • En el diencéfalo: El tálamo, un núcleo diencefálico, es el principal centro de integración inconsciente de la sensibilidad general. También tiene una profunda influencia sobre el estado de ánimo. El tálamo expresa sus respuestas a través del hipotálamo y a la vez envía a la corteza cerebral algunas de las sensaciones que ha recibido, las que deberán hacerse conscientes. El hipotálamo es un núcleo que regula muchas funciones viscerales, como las vinculadas a la expresión de las emociones (sudoración, dilatación de las pupilas, lagrimeo, variación del ritmo cardíaco), la regulación de la temperatura corporal, las relacionadas con la alimentación (hambre, sed, saciedad), con el sueño o con el impulso sexual. Mucha de esa regulación se ejerce a través de hormonas hipotalámicas.



  • En la corteza cerebral: Las funciones de la corteza cerebral se llevan a cabo en áreas determinadas, cada una especializada en una función. En el lóbulo parietal hay un área sensitiva primaria, que recibe las sensaciones elementales de todas las áreas del cuerpo, como el tacto. Junto a ella se encuentra el área sensitiva secundaria, donde se integran estas sensaciones elementales para darles sentido. Así, nos permite identificar los objetos que tocamos, con la ayuda del recuerdo de las sensaciones anteriores. De la misma manera, en la región occipital se encuentran las áreas visuales primaria y secundaria; en la primera se proyectan punto por punto los estímulos transmitidos desde las retinas y en la segunda se integran las sensaciones elementales, para reconocer los objetos que vemos. Ese patrón de áreas de recepción y áreas de integración se repite con las sensaciones auditivas en el lóbulo temporal; así reconocemos e interpretamos los sonidos. En el cerebro hay también áreas motoras, cada una especializada en una acción. Así, por ejemplo, una rige los movimientos elementales (flexionar un dedo, levantar la mirada..), mientras que la otra coordina los movimientos conscientes más complejos y dirigidos a un fin, como los necesarios para la escritura o el habla. La corteza cerebral rige también algunos reflejos, como el de hablar más alto cuando se oyen ruidos ambientales y a la vez elabora las respuestas más complejas, aquellas en las que intervienen las emociones, la inteligencia, la capacidad de juicio o la memoria.


El objetivo de las respuestas del sistema nervioso es ayudar al organismo a adaptarse al ambiente y a satisfacer sus necesidades en cada momento. Cada respuesta viajará por las neuronas motoras, reunidas en nervios, que conectan el sistema nervioso central con los distintos músculos y glándulas. Así que las respuestas serán movimientos, secreciones glandulares o la combinación de ambos. Suele clasificarse a las respuestas según sean conscientes o no lo sean. Las primeras se llevarán a cabo mediante el sistema nervioso voluntario y las segundas, mediante el autónomo.

- El sistema nervioso voluntario o somático interviene en las funciones llamadas voluntarias o conscientes, tales como hablar caminar masticar o detener la micción.

- El sistema nervioso autónomo o visceral está a cargo de las funciones involuntarias, que no regimos conscientemente. Algunos ejemplos son la secreción salival, los movimientos de los intestinos, el ritmo cardíaco, la secreción de hormonas o la preparación del organismo para la lucha o la huida. Podemos decir que el sistema nervioso autónomo lleva el mantenimiento del cuerpo, unas tareas imprescindibles, pero que no se ven. Estas tareas las lleva a cabo mediante dos componentes, que tienen funciones inversas, como el acelerador y el freno de un vehículo:

 El sistema nervioso simpático prepara al organismo enfrentarse a una amenaza, sea luchando o huyendo. Un ejemplo de acción del sistema simpático es la siguiente secuencia:

Ante una amenaza se activan las reacciones fisiológicas siguientes:
- La persona "despierta", porque aumentan su vigilancia y su atención.
- Sus pupilas se dilatan y capta mejor la luz ambiental, los objetos y los movimientos.
- Aumentan la frecuencia cardíaca y la intensidad de cada contracción. Así bombea más sangre hacia los tejidos.
- Se dilatan los bronquios y aumentan la frecuencia y la profundidad de la respiración, de manera que llega mucho más oxígeno a la sangre.
- Se libera más glucosa a la sangre, que los músculos podrán quemar para contraerse. Los músculos reciben más sangre, porque se dilatan las arteriolas del corazón y las de los músculos esqueléticos.
- Al mismo tiempo se contraen las arteriolas de los órganos digestivos y las de la piel, de forma que se frena la digestión, la boca se seca y el individuo palidece.
- Finalmente, la médula suprarrenal segrega adrenalina una hormona que refuerza y prolonga los efectos del sistema nervioso simpático.


La respuesta a una amenaza se hace mediante el Sistema Nervioso Simpático

 El sistema nervioso parasimpático tiene la función inversa, es decir, permite la relajación después de la alarma y restaura la situación previa a ella. Así, deprime la respiración y el bombeo cardíaco, estimula al aparato digestivo, incluyendo la defecación, estimula la producción y la emisión de orina y en general permite la regeneración del cuerpo que tiene lugar durante el descanso y el sueño.



FISIOLOGÍA DEL SISTEMA NERVIOSO

Enfermedades del sistema nervioso y pautas de actuación:

1.- LAS DEMENCIAS. LA DEMENCIA DE ALZHEIMER

Muchas de las personas que atenderás como profesional serán ancianas y una gran parte de ellas padecerán demencia. Por eso es imprescindible que conozcas cuáles son los signos y los síntomas de esta enfermedad y la atención que puedes prestar a estas personas. En la demencia se deterioran todas las funciones cognitivas: la memoria, la capacidad de juicio, la orientación en el tiempo y en el espacio, la atención, el lenguaje y la coordinación psicomotriz. También puede alterarse el estado de ánimo. El motivo es la afectación progresiva de las neuronas de diferentes zonas del cerebro, que lleva incluso a la pérdida de volumen y de peso del cerebro.
De las muchas causas de demencia, algunas son curables, como la demencia del alcoholismo crónico o la causada por deficiencia de vitamina B12. Otras, sin embargo, no tienen cura, como la enfermedad de Alzheimer o las demencias causadas por la acumulación de pequeños accidentes vasculares cerebrales.

El tipo de demencia más habitual es la demencia de Alzheimer. No conocemos su causa, pero sabemos que está asociada a diferentes factores de riesgo, tales como:

  • La edad. El riesgo de sufrirla aumenta con la edad, porque la sufren alrededor del 10 % de las personas mayores de 65 años y casi la mitad de las que superan los ochenta.
  • El esfuerzo intelectual. Cuanto más ejercite el cerebro la persona lo largo de su vida, menos riesgo tendrá de sufrir la enfermedad (Alzheimer).
  • Diversos rasgos genéticos, cuantitativamente menos importantes.

La demencia evoluciona durante 10 o 15 años desde que empieza a manifestarse hasta la muerte. Para entender con más facilidad su evolución clínica, la hemos dividido en tres fases, aunque de hecho evoluciona de forma continua.

FASE LEVE

Las manifestaciones interfieren cada vez más en el trabajo de la persona y en sus relaciones sociales. Paulatinamente van presentándose lo siguientes hechos:

  • Le falla la memoria reciente y olvida las citas o las conversaciones los hechos de los últimos días; también le cuesta mucho aprende tareas nuevas.
  • Se acorta el tiempo durante el que puede mantener la atención sobre una actividad, de forma que le es difícil ejecutar tareas que constan de pasos sucesivos y coordinados, tales como cocinar, llevar las cuentas de la empresa o del hogar, conversar con varias personas al mismo tiempo, etc.
  • Confunde las fechas. Le puede costar orientarse al conducir el coche en trayectos complicados.
  • El lenguaje se empobrece: tarda más en recordar palabras corrientes, de manera que cada vez utiliza menos términos espontáneos y la conversación se va haciendo repetitiva.
  • La persona afectada, que se da cuenta de sus dificultades, puede mostrarse ansiosa, apática, desconfiada o irritable.


FASE MODERADA

Las manifestaciones se hacen evidentes para cualquiera y la carga para la persona que la cuida se va agravando. Podemos destacar estas afectaciones:

  • La pérdida de memoria es intensa y afecta ya a su memoria a largo plazo. Le cuesta recordar episodios de hace unos años y confunde los hechos más lejanos.
  • La capacidad de atención y de concentración ha quedado muy empobrecida, de manera que le cuesta entender las conversaciones y se afecta su capacidad de juicio sobre las situaciones y los problemas.
  • Se confunde con las prendas de vestir al ponerse la ropa o deja de ponerse algunas.
  • La falta de vocabulario y de memoria restringen cada vez más sus conversaciones, que se van volviendo más concretas y reiterativas.
  • Se desorienta con facilidad cuando sale de su entorno habitual, aunque puede orientarse dentro de su casa o en el barrio donde ha vivido muchos años.
  • Va perdiendo coordinación psicomotriz y se alteran su escritura y sus dibujos. Con el tiempo se le hará más difícil manejar objetos, escribir o vestirse solo.
  • En esta fase son frecuentes los trastornos del estado de ánimo: la ansiedad y la depresión, la irritabilidad, la desinhibición o una apatía intensa.


FASE GRAVE

La persona es ya dependiente para todas las actividades de su vida cotidiana y necesita un cuidador que la supervise o la atienda las veinticuatro horas del día. La demencia continúa así:

  • La memoria está muy deteriorada y apenas recuerda los sucesos ocurridos hace años. Le cuesta mucho reconocer a las personas más próximas.
  • Solamente conserva la emisión y la comprensión de palabras paulatinamente más concretas y simples.
  • Sólo se orienta en el espacio cuando está en el edificio en el que lleva viviendo mucho tiempo y a veces ni siquiera allí.
  • El ciclo sueño-vigilia está alterado y la persona duerme o se levanta a cualquier hora del día.
  • Puede sufrir obsesiones, alucinaciones, delirios y episodios de agitación violenta.
  • Hacia el final de su vida aparecen las dificultades para tragar y la incontinencia urinaria y fecal. Acabará necesitando las mismas atenciones paliativas que cualquier enfermo terminal.


2.- LOS ACCIDENTES VASCULARES CEREBRALES

El accidente vascular cerebral (AVC) o ictus es la lesión o la muerte de las neuronas del encéfalo, por falta de sangre oxigenada.

Las neuronas necesitan un suministro abundante y continuado de oxígeno y de energía, de manera que si ese aporte se bloquea, aunque sea solamente durante unos minutos, las neuronas morirán y una parte de sistema nervioso perderá su capacidad funcional.

El origen del ictus puede ser una hemorragia, debida a la rotura de una pequeña arteria cerebral, o una embolia, la obstrucción de la pequeña arteria por un émbolo. Ambas privan de oxígeno y de nutrientes a las neuronas que están más allá del punto afectado. Algunas de estas afecciones arteriales son transitorias y las neuronas afectadas se recuperar en pocas horas o días, pero en otros casos la lesión será definitiva.

Según a qué área pertenezcan las neuronas afectadas serán distintos los signos y los síntomas que sufrirá la persona. Si se lesiona un área motora, el paciente será incapaz de mover voluntariamente determinadas partes del cuerpo: la cara, el habla, el movimiento de la extremidad superior, el de la inferior o el de las dos del mismo lado. La función puede quedar debilitada (paresia) o suprimida (plejia).

Otros efectos que puede padecer son la pérdida del lenguaje (afasia) o la dificultad para articularlo (disartria), la pérdida de sensibilidad (anestesia), los trastornos en la visión, en el equilibrio o en la coordinación motora, etc. Estas personas necesitarán rehabilitación para recuperar el máximo posible de las funciones afectadas.

3.- LA ENFERMEDAD DE PARKINSON

La enfermedad de Parkinson se produce por una degeneración de las neuronas que afecta a la coordinación del movimiento y la postura.

Afecta a una de cada 650 personas mayores de 65 años en nuestro país. En la mayoría de los casos, su causa es desconocida. Se manifiesta como una combinación de:

  1. Temblor. Que aparece ya en las primeras fases de la enfermedad. Afecta principalmente a las extremidades y sobre todo a las manos, en movimientos como si contara monedas. El temblor se da en reposo, pero desaparece cuando comienza un movimiento voluntario.
  2. Lentitud de movimientos. La persona permanece casi siempre inmóvil. En los casos graves, apenas tiene expresividad facial y llega a babear.
  3. Rigidez. Cuesta moverle las articulaciones, porque están rígidas aunque no quiera; por eso, por ejemplo, apenas balancea los brazos cuando anda. Llegarán a serle imposibles los movimientos finos, como escribir o vestirse.
  4. Alteración de la postura y la marcha. Se inclina hacia delante, en especial al caminar, y su marcha es rígida y como cayéndose hacia delante.

Es una enfermedad lentamente progresiva. Casi la mitad de estas personas padece además depresión y, el diez por ciento, demencia.


4.- LA PARÁLISIS CEREBRAL

La parálisis cerebral es un trastorno permanente, pero no progresivo, de las neuronas cerebrales que rigen el control motor.

Sus causas más comunes son las enfermedades maternas y los traumatismos mecánicos o la falta de oxígeno durante el parto. Suele manifestarse como una incapacidad para llevar a cabo determinados movimientos voluntarios, añadida a contracciones involuntarias de estos grupos musculares. La parálisis cerebral se aprecia al nacer o poco después. Uno de los problemas más importantes que sufre la persona afectada es la dificultad en el habla, que limitará la comunicación con las personas del entorno y en particular el aprendizaje infantil. Eso hace recomendable la intervención de un equipo de logopedas, foniatras y fisioterapeutas, entre otros, para estimular este aprendizaje.


5.- LAS CONVULSIONES

Las convulsiones son estallidos de actividad anormal en un grupo de neuronas del cerebro, que alteran temporalmente la función del órgano.

Los ataques pueden ser muy ligeros, modificando sutilmente el nivel de conciencia, el control motor o la percepción, o bien, pueden ser muy intensos, produciendo contracciones involuntarias de grupos musculares e inconsciencia.

Las convulsiones pueden ser síntomas de una enfermedad concreta como la epilepsia. La mayor parte de las epilepsias son de causa desconocida, si se instauran después de la infancia hay que buscar enfermedades que hayan afectado al sistema nervioso central, que puedan ser curables, y que estén provocando las convulsiones tales como infecciones, tumores, traumatismos craneales u otros.

El tratamiento de las convulsiones, sean o no ataques epilépticos, consiste en unas medidas de primeros auxilios, dirigidas a evitar que se haga daño. Por otro lado, es necesario un tratamiento mantenido, que tiene el objetivo de evitar que se repita el cuadro. Aparte de los fármacos indicados, que se deben tomar a las horas fijadas sin saltarse ninguna dosis son convenientes unas medidas de higiene, como mantener un horario estable para irse a dormir y para levantarse, durmiendo las horas necesarias, y no tomar alcohol, derivados del cannabis u otras drogas, que menudo actúan como desencadenantes de la crisis.

La epilepsia no afecta a la inteligencia, ni causa locura ni tiene un riesgo particular de transmisión en la descendencia. Tampoco es dolorosa acorta la vida. Por eso, no hay ninguna razón por la que la enfermedad deba avergonzar a la persona o para que deba esconderse.


6.- OTRAS ENFERMEDADES

Otras enfermedades del sistema nervioso que hay que considerar son la esclerosis múltiple, la meningitis, la migraña o el tumor cerebral.


  • La esclerosis múltiple. Consiste en la desmielinización del sistema nervioso central; esta pérdida de mielina dificulta la capacidad de los haces nerviosos para conducir impulsos eléctricos. Aunque su clínica puede mostrar diferentes evoluciones, generalmente se manifiesta con una serie de brotes seguidos de una remisión total o parcial. Las manifestaciones más comunes al inicio de la enfermedad son pérdida de fuerza en los brazos o las piernas, problemas de visión sensación de hormigueo o entumecimiento en alguna parte de un extremidad, vértigo y dificultades en el equilibrio. Con la evolución se agrava la enfermedad. Los fármacos se administran para reducir la frecuencia y la intensidad de los brotes y para atenuar algunos efectos como el dolor, la espasticidad o la fatiga.
  • La meningitis. Es la inflamación de las meninges, las membranas que recubren el encéfalo y la médula espinal. Su causa más frecuente es una infección bacteriana (a menudo por Neisseria meningitidis) o vírica. Tiene manifestaciones generales y locales: entre las primeras está la fiebre, el sudor y los escalofríos, la irritabilidad, los vómitos o incluso la confusión, el aturdimiento y la pérdida de conciencia. A veces cursa también con enrojecimiento o amoratamiento de la piel. Son manifestaciones más específicas el dolor de cabeza, la hipersensibilidad ante la luz, las petequias y la rigidez en el cuello. Es una enfermedad grave, que en ocasiones evoluciona muy rápidamente y que necesita tratamiento hospitalario.
  • La migraña. La migraña o jaqueca es un dolor intenso en un lado de la cabeza (su nombre técnico es hemicránea), que suele acompañarse de náuseas, vómitos, fotofobia y otras alteraciones visuales. El episodio dura desde dos horas hasta tres días y se repite con más o menos frecuencia.
  • El tumor cerebral. Los tumores cerebrales son afortunadamente poco frecuentes, ya que representan tan sólo el 2 % de todos los cánceres, con un caso nuevo cada año por cada diez mil habitantes. La manifestación más común de las personas afectadas es la cefalea. También puede padecer alteraciones sensitivas o motoras similares a las del accidente vascular cerebral o bien crisis convulsivas. En algunas personas se dan trastornos psiquiátricos y en otras no hay afectación hasta que el tumor alcanza un gran tamaño.