lunes, 13 de febrero de 2017

El Aparato Digestivo

LA DIGESTIÓN

Así pues, la digestión es el conjunto de procesos mecánicos y químicos de transformación de las sustancias ingeridas (alimentos) en otras más sencillas, absorbibles y aprovechables (nutrientes) de manera que puedan ser absorbidas y utilizadas por las células del organismo.

Una parte de los productos ingeridos no podrá digerirse o no podrá absorberse. Esa parte será tratada como residuo y evacuada al exterior.

De esta explicación se desprende que existen dos procesos distintos:

  1. La alimentación. Es el conjunto de procesos de elección y preparación de los alimentos que se ingerirán. Son procesos voluntarios conscientes.
  2. La nutrición. Es el conjunto de procesos de transformación de los alimentos para separar los nutrientes que contienen y de utilización posterior de los nutrientes. Los nutrientes se clasifican en glúcidos, proteínas, lípidos, vitaminas, minerales, fibra alimentaria y agua. La nutrición es involuntaria e inconsciente. La nutrición es una parte del metabolismo, que es el conjunto de reacciones químicas que nos permite mantenernos vivos. La vida incluye las funciones de nutrición, relación y reproducción, así que el metabolismo tiene reacciones químicas relacionadas con cada una de ellas.


ANATOMÍA DEL APARATO DIGESTIVO

El aparato digestivo está formado por un conjunto de órganos, que podemos organizar de la siguiente forma: Una cavidad bucal por donde entran los alimentos donde se producen las primeras transformaciones. En realidad, forma parte del tubo digestivo, pero aquí describimos separada de éste por su complejidad y sus características especiales. Un tubo digestivo, por el que se van desplazando los alimentos mientras se digieren y se absorben. Este tubo o conducto termina en el ano, por el que se evacuan los residuos.

Unas glándulas digestivas grandes, separadas del tubo, que vierten en él ciertas sustancias químicas imprescindibles para la digestión.


BOCA O CAVIDAD BUCAL

La boca contiene los labios, los carrillos, el paladar, la lengua y los dientes. Toda la cavidad bucal, salvo los dientes, está recubierta por mucosa, una capa delgada que segrega moco.

  • Los labios forman la pared anterior de la boca. Son blandos y contienen un anillo muscular.
  • Los carrillos son las paredes laterales de la cavidad.
  • El paladar forma el techo de la boca, que lo separa de las fosas nasales. Su parte posterior es una estructura muscular denominada paladar blando.
  • La lengua está situada en el centro de la cavidad. Contiene un gran número de músculos estriados. En la capa mucosa de su cara dorsal tiene las papilas gustativas.
  • Los dientes son unos elementos muy duros, pero no son huesos, enclavados en los huesos maxilar superior e inferior. 
La dentición infantil o temporal está formada por 20 piezas y la adulta o permanente, por 32, que son:
  • 8 incisivos, 
  • 4 caninos, 
  • 8 premolares 
  • y 12 molares. 
El diente tiene una parte visible y una raíz dentaria, oculta en la encía. Está compuesto, de fuera a dentro, por áreas de composición química distinta, el esmalte, la dentina y la pulpa dentaria.



En la cavidad bucal también se encuentran las glándulas salivales, tres parejas de glándulas, distribuidas simétricamente: las parótidas, detrás de la rama ascendente de la mandíbula; las submaxilares en el suelo de la boca, junto al lado medial de las mandíbulas, y las sublinguales, un poco por delante de las anteriores.

EL TUBO DIGESTIVO

El tubo digestivo continúa la cavidad bucal. Está situado en las cavidades ventrales del cuerpo, especialmente en la cavidad abdominal, donde por razones de espacio se acomoda formando pliegues. Todo el interior del tubo digestivo está recubierto por mucosa, como ocurría con la boca. El tubo contiene varias capas de fibras musculares, que remueven el alimento y lo obligan a desplazarse en sentido caudal. Este movimiento se denomina peristaltismo

Las distintas porciones del tubo digestivo son: 
  • la faringe, 
  • el esófago, 
  • el estómago, 
  • el intestino delgado, 
  • el intestino grueso, 
  • el recto y el conducto anal.

La faringe: Está situada por delante de la columna cervical y por detrás de las cavidades nasal y bucal y de la laringe. Es común para la respiración y la deglución.

El esófago: Es un tubo de 25 a 30 centímetros de largo, situado por delante de la columna dorsal y por detrás de la tráquea y del corazón. Cruza el diafragma y acaba en el cardias, que actúa de límite con el estómago.

El estómago: Es la porción más dilatada y musculosa del tubo digestivo. Está situado en la parte superior izquierda de la cavidad abdominal, justo por debajo del diafragma. Tiene forma de J si la persona está de pie, o de gaita gallega si está acostada. 
En el estómago distinguimos tres zonas:
  • El fondo. Es la parte cefálica, por encima del cardias.
  • El cuerpo. Ocupa el centro y supone la mayor parte del volumen gástrico.
  • El antro. Es la parte caudal del estómago, que se continuará con el duodeno después del píloro. El paso del uno al otro está cerrado por el esfínter pilórico.
Cuando el estómago está vacío, su superficie interna tiene multitud de pliegues longitudinales, que desaparecen cuando el órgano se llena. La estructura de la pared gástrica es compleja y de ella merecen detallarse:
  • Las glándulas. Algunas son pequeñas y caben en la capa mucosa, otras son mayores y penetran hasta la submucosa.
  • Los músculos. Existen tres capas distintas de músculo liso, con orientaciones espaciales distintas.
En el estómago se encuentran enzimas y ácido clorhídrico que son muy importantes para la digestión.
El intestino delgado

Es la porción más larga del tubo digestivo, de unos 6 metros de largo y por eso está plegada en la cavidad abdominal. Se le llama delgado porque sólo tiene de 3 a 4 centímetros de diámetro, por oposición a intestino grueso, que tiene unos 6 centímetros.

El recorrido del intestino delgado, entre el píloro y la válvula ileocecal, está dividido en 3 porciones:
  1. El duodeno, en forma de C y de unos 25 centímetros de largo. Está fijado a la pared dorsal de la cavidad. En él desembocan el colédoco y el conducto pancreático.
  2. El yeyuno, de unos 2 metros y medio de largo.
  3. El íleon, el resto hasta los seis metros. El yeyuno y el íleon son muy móviles.
La membrana de contacto entre las células intestinales y el contenido del tubo tiene distintos niveles de plegamiento de forma que, en total, se consiguen unos 200m2 de superficie de interacción. Esto es posible gracias a:
  • Una gran longitud del órgano.
  • Unos abundantes pliegues circulares en el interior del tubo, de aproximadamente 1cm. de altura.
  • La existencia de vellosidades en la mucosa intestinal. Son unas proyecciones de 1mm. de altura, que le dan un tacto aterciopelado.
  • Unas 2000 microvellosidades en la superficie libre de cada una de las células absorbentes, de aproximadamente una milésima de milímetro de altura. Es lo que se llama borde en cepillo de las células.

El intestino grueso

Es un tubo de 1,5 a 2 metros de largo y unos 6 centímetros de calibre. Se inicia en la válvula ileocecal y termina en el recto. 
El intestino grueso se divide en dos porciones: el ciego y el colon.
  1. El ciego es como un saco, de 5 a 8 centímetros de largo, por debajo de la válvula ileocecal. Cerca de la válvula nace el apéndice vermiforme, un tubo estrecho, de 5 a 10 centímetros de largo, parecido a un gusano. Es un órgano linfoide.
  2. El colon, a su vez, se divide en 4 porciones: 
  • ascendente, que sube verticalmente hasta el nivel del hígado; 
  • transverso, que va hacia la izquierda, hasta el borde del bazo, por delante del intestino delgado; 
  • descendente, que baja verticalmente hasta la cresta ilíaca izquierda; 
  • y sigmoideo, en forma de S más o menos pronunciada, hasta acabar en el recto.

El recto

Es un tubo de 15 a 20 centímetros de largo, recto en el plano frontal, pero que en el plano sagital sigue las curvaturas del sacro y del coxis y acaba dirigiéndose hacia atrás, para unirse al conducto anal. Por delante tiene la próstata (en los hombres) o el útero (en las mujeres).

LAS GLÁNDULAS

En el interior del tubo digestivo hay abundantes glándulas pequeñas y en el exterior, dos glándulas grandes independientes. Son el hígado y el páncreas, y también intervienen activamente en la digestión.

El hígado

El hígado está situado en el cuadrante superior derecho del abdomen, inmediatamente por debajo del diafragma y rodeado por las costillas del lado derecho. Está cerca del estómago y del riñón derecho. 

Pesa alrededor de 1,5 kilos y tiene un color rojo oscuro. Dispone de un doble sistema de irrigación, porque recibe sangre de la arteria hepática y de la vena porta. La primera lleva a sus células sangre oxigenada de la circulación general (es una rama de la porción abdominal de la aorta) y la segunda le lleva los nutrientes absorbidos en el intestino delgado y en parte del intestino grueso, para que las células hepáticas los transformen.


La vesícula biliar 

Es una bolsita en forma de pera, de 7 a 10 centímetro de largo, situada bajo el hígado. Es un órgano auxiliar de aquél, porque almacena la bilis entre las comidas, bilis que las células hepáticas sintetizan de modo continuo. 

Este líquido sale del hígado por dos conductos hepáticos, el derecho y el izquierdo, que se reúnen en un conducto hepático común. El conducto que va desde la vesícula hasta aquél es el conducto cístico. La unión de ambos se denomina colédoco, el cual descenderá hasta el duodeno, donde vierte la bilis.


El páncreas

Es una glándula con forma de zanahoria, de 12 a 15 centímetros de largo, situada por detrás del estómago. 
Contiene 2 tipos diferentes de células:
  • La mayoría de las células pancreáticas son exocrinas (se llama así a las glándulas que vierten sus productos al exterior o al tubo digestivo). Sintetizan el jugo pancreático, que contiene bicarbonato y muchas enzimas digestivas, y lo vacían en el duodeno mediante el conducto pancreático.
  • Las restantes, mucho más escasas, son endocrinas, lo que significa que vierten sus secreciones a la sangre. Sintetizan dos hormonas, la insulina y el glucagón

FISIOLOGÍA DE LA DIGESTIÓN

La digestión es un proceso secuencial, como el trabajo en cadena: en cada órgano se toma el material que llega y se trabaja con él. Por eso describiremos de ese modo los distintos procedimientos de la digestión, partiendo de lo que ocurre en cada órgano.


EN LA BOCA

Allí se lleva a cabo la 1ª etapa de la digestión: la conversión de los alimentos sólidos y duros en una pasta blanda y húmeda, el bolo alimenticio, que pueda ser atacada con facilidad por los enzimas digestivos. Se consigue mediante la masticación o fragmentación de los alimentos y el mezclado de dichos fragmentos con saliva.

En la cavidad bucal colaboran en estos procesos cada uno de estos elementos:

  • Los carrillos colaboran en la remoción de los alimentos durante la masticación y llevan a cabo la succión.
  • El paladar blando sirve para cerrar el paso a la nasofaringe durante la deglución.
  • La lengua contiene un gran número de músculos estriados, que le dan la capacidad de moverse ampliamente y a la vez de modo muy preciso. Es el agente principal en la movilización de los alimentos y está tan bien coordinada con los músculos masticadores que rara vez nos mordemos la lengua al masticar o al hablar. Asimismo la lengua es el motor principal de la deglución.
  • Los dientes son órganos que sirven para masticar y que colaboran en la fonación. Están repartidos en 4 cuadrantes, 2 superiores y 2 inferiores. Los dientes incisivos son dos en cada cuadrante, el central y el lateral; sirven para cortar los alimentos. Hay un diente canino en cada cuadrante maxilar; sirve para desgarrar los alimentos. Hay 2 premolares y 3 molares en cada cuadrante en el maxilar adulto; sirven para triturar los alimentos sólidos. La acción combinada de los dientes desmenuza los alimentos, lo que facilita el ataque de los enzimas digestivos, de la misma forma que partir el alimento en trozos pequeños acelera su cocción.
  • Las glándulas salivales segregan de medio litro a un litro de saliva diario. La saliva contiene un 98 % de agua y el resto es mucina, amilasa salival, un enzima que rompe el almidón para convertirlo en glucosa, y lisozima, un enzima con actividad antibacteriana.



EN LA FARINGE

En la faringe tiene lugar la mayor parte del proceso de deglución.

La deglución consiste en el paso del bolo alimenticio desde la boca hacia el esófago. Es un proceso complejo que tiene lugar en 2 fases, una voluntaria y otra involuntaria o refleja.

La parte voluntaria de la deglución comienza cuando la lengua se levanta y empuja el bolo hacia la faringe. El bolo levanta el paladar blando, ocluyendo la nasofaringe.

A partir de ahí se inicia el reflejo de deglución, un conjunto de actos involuntarios regulados por un centro nervioso situado en el tronco cerebral.
En este proceso intervienen la faringe y la parte superior del esófago, siguiendo la secuencia siguiente:

  • La laringe se cierra, al elevarse la glotis y unirse a la epiglotis. Eso evita que el bolo entre a la laringe.
  • Se relaja el músculo constrictor inferior de la faringe, un esfínter que normalmente está contraído, para evitar la entrada de aire al esófago durante la inspiración. Así el bolo alimentario pasa al esófago.
  • El esófago comienza sus contracciones peristálticas, involuntarias, que van desplazando el bolo hacia el estómago.



¿Cómo se mueven los alimentos en el tubo digestivo?

El esófago y el resto del tubo digestivo actúan sobre el alimento mediante 2 tipos de movimientos, los de segmentación y los de peristalsis.

  • los movimientos de segmentación son contracciones y relajaciones rítmicas de los segmentos adyacentes del tubo, de manera que el contenido se mueve de delante atrás y va mezclándose.
  • los movimientos de peristalsis, en cambio, son contracciones ordenadas a lo largo del tubo, como las olas, que van empujando el contenido hacia delante.


Segmentación

Peristalsis
EN EL ESTÓMAGO

El bolo alimenticio entra en el estómago cuando se relaja el esfínter del cardias y en él se llevan a cabo los primeros procesos de digestión y absorción de sustancias.

  • Digestión del bolo alimenticio: Por la acción del jugo gástrico (una mezcla de ácido clorhídrico y enzimas digestivos) y del moco que segrega. El primero descompone químicamente los alimentos y el segundo colabora humedeciéndolos y disolviéndolos, para mezclarlos mejor con el jugo gástrico. Al mismo tiempo, el moco impide que el órgano se digiera a sí mismo. El enzima gástrico más importante es la pepsina, que rompe las proteínas liberando sus aminoácidos.
  • Mezcla vigorosa del bolo alimenticio: Por la acción coordinada de sus tres capas musculares. El resultado de esa acción combinada es una pasta semilíquida, como una sémola, denominada quimo.
  • Absorción de algunas sustancias: Su mucosa puede absorber agua, alcohol y algunos fármacos, pero es una capacidad que interesa más en farmacología que para la digestión.
  • Vertido regulado al duodeno: Debe hacerse en volúmenes pequeños, para que el intestino delgado tenga tiempo de ir actuando sobre el quimo. El vertido se lleva a cabo relajando el esfínter pilórico durante unos segundos. El plazo durante el que se mantendrá cerrado varía según la cantidad y el tipo de alimentos en el estómago. De esta manera, el vaciado completo del estómago puede llegar a tardar hasta 6 horas.


EN EL INTESTINO DELGADO

El intestino delgado completa la digestión del quimo hasta separar los nutrientes y después absorbe la mayoría de éstos. La digestión intestinal necesita la mezcla con los diferentes jugos y enzimas. Poco después de entrar al duodeno, el quimo recibe la bilis y el jugo pancreático:

  • La bilis es un líquido amarillo verdoso, que contiene bicarbonato y sales biliares. Éstas no son enzimas, sino unos compuestos derivados del colesterol que emulsionan las grasas, es decir, las separan en pequeños glóbulos para facilitar la acción de los enzimas lipasas, que las digerirán. La bilis contiene también productos de desecho del metabolismo hepático. El ejemplo más llamativo es la "bilirrubina", un pigmento que proviene de la degradación de la hemoglobina de los hematíes viejos. La bilirrubina da a las heces su color castaño.
  • El jugo pancreático contiene bicarbonato y varios enzimas: amilasa pancreática, lipasa pancreática, tripsina, quimotripsina y carboxipeptidasa. La primera digiere el almidón, la segunda, las grasas y las tres últimas, las proteínas. Además, las propias células del intestino delgado segregan enzimas digestivos, como la maltasa, la sacarasa, la lactasa, la lipasa intestinal, las peptidasas y las aminopeptidasas. Otras células segregan moco; otras, bicarbonato, que neutralizará el pH ácido del quimo gástrico.

Los movimientos de segmentación del intestino delgado remueven la mezcla, facilitando su digestión y su absorción, y los movimientos peristálticos la empujan hacia el intestino grueso. Estos movimientos son los que notamos a veces en el abdomen. El quimo tarda unas 5 horas en recorrer el intestino delgado. A la sustancia, casi líquida, que deja el intestino delgado se la llama quilo.


FUNCIONES DEL HIGADO

No podemos abandonar el tema sin destacar las funciones del hígado aparte de segregar la bilis:

  • Recibe los nutrientes absorbidos en el intestino delgado y los metaboliza.
  • Almacena glucógeno, vitaminas A, D y B12 y también minerales, como hierro y cobre. Es el encargado de regular las concentraciones sanguíneas de muchos nutrientes.
  • Sintetiza la mayoría de las proteínas del plasma, como por ejemplo las de la coagulación, y algunas hormonas.
  • Colabora en la defensa del organismo, porque destruye los gérmenes que llegan atravesando la pared intestinal, especialmente desde el intestino grueso.
  • Elimina sustancias que no pueden incorporarse a la estructura del organismo ni utilizarse para obtener energía: alcohol, medicamentos, drogas... Si estas sustancias llegan al hígado en cantidades superiores a su capacidad detoxificante, el órgano se lesionaría.


EN EL INTESTINO GRUESO

El intestino grueso termina el proceso de absorción de nutrientes, al absorber gran parte del agua. Al mismo tiempo, segrega moco, que recubre las heces y evita su acción irritante. Las heces, que forman el contenido almacenado en el colon sigmoideo, son una mezcla de sustancias de desecho con algunos nutrientes no absorbidos, con pigmentos biliares y con bacterias. También se acumulan allí los gases intestinales, producidos por la acción de las bacterias sobre los restos alimentarios.

En el intestino grueso habitan enormes cantidades de bacterias simbióticas, la denominada flora intestinal. La simbiosis consiste en que nuestro organismo les proporciona cobijo y alimento (la celulosa, que nosotros no podemos aprovechar) y ellas sintetizan vitaminas en exceso, que nuestro organismo absorbe y utiliza.


El estudio clínico de las heces y la defecación

Las heces son el conjunto de productos de desecho que se excretan por el ano. En su estudio clínico se tienen en cuenta el número de deposiciones y la consistencia, el color o la composición de las heces.

  • El número de deposiciones: Más de tres deposiciones al día se considera diarrea y menos de tres a la semana, estreñimiento. En el estreñimiento, las heces son duras y escasas y cuesta evacuarlas, o bien es doloroso hacerlo. La ausencia de defecaciones puede deberse simplemente a la ingestión de pocas cantidades de comida, a la escasez de fibra dietética con los alimentos, o a una obstrucción intestinal.
  • La consistencia de las heces: Las heces normales son más o menos blandas. Pueden ser más pastosas o incluso líquidas en la diarrea. Los criterios clínicos de gravedad de una diarrea incluyen la falta de consistencia (pueden llegar a tener el aspecto de agua de arroz), el número de deposiciones diarias y el tiempo de evolución. Cuanto más grave sea, más necesaria será la consulta al médico. En el estreñimiento las heces son más secas y pequeñas de lo normal, en algunas ocasiones hasta semejan piedras.
  • El color: Son marrones en las personas adultas y más amarillentas en los lactantes jóvenes. El color de las heces varía en función de los alimentos o los medicamentos consumidos: morcilla, espinacas, suplementos de hierro, etc. Se vuelven muy pálidas (lo que denominamos acolia) en las obstrucciones biliares y en algunas hepatitis. Serán negras y brillantes, pegajosas y tendrán un olor característico (melenas) cuando haya un sangrado en el esófago, en el estómago o en el duodeno. Contendrán sangre roja mezclada con ellas (hematoquecia) cuando haya un punto de sangrado en el yeyuno, en el íleon o en el intestino grueso. En cambio, si sale sangre por el ano sin defecación, hablaremos de rectorragia.
  • La composición: Pueden tener moco o sangre, en las inflamaciones intestinales o en las infecciones. Puede haber pus, en las infecciones graves. Tendrán un aspecto jabonoso si hay demasiada grasa (esteatorrea), debido a una enfermedad pancreática, por ejemplo.


EN EL RECTO Y EN EL ANO

La defecación es el acto mediante el cual evacuamos las heces al exterior.

Las heces acumuladas pasan del colon sigmoideo al recto, distendiéndolo y preparando la defecación.

Cuando las heces llegan al conducto anal provocan el reflejo de la defecación, involuntario, por el que el esfínter interno se relaja, dejando pasar las heces. Con todo, las personas adultas y sanas son capaces de contraer el esfínter externo, voluntario, reteniendo las heces hasta que llegue el momento adecuado para evacuarlas.

Para evacuar las heces es necesario aumentar la presión en la cavidad abdominal y eso se consigue contrayendo el diafragma y los músculos abdominales. La defecación va acompañada o precedida del escape de gases intestinales.


PATOLOGIA DEL APARATO DIGESTIVO

ENFERMEDADES BUCALES

Las enfermedades bucales apenas causan mortalidad, pero eso no significa que no sean importantes, pues afectan al 95 % de la población de los países ricos, causándoles molestias locales, alteraciones estéticas trastornos digestivos y algunas complicaciones generales graves. Además comportan enormes gastos directos e indirectos.

LA CARIES DENTAL


Es una enfermedad infecciosa crónica que conduce a la destrucción progresiva de los dientes.

Comienza en las superficies dentarias en contacto con los restos de alimentos. Las bacterias bucales atacan esos residuos y destruyen progresivamente el marfil y la dentina de los dientes implicados. La cavidad se irá ampliando y profundizando hasta que los gérmenes alcancen la pulpa dentaria, la infecten y la necrosen.

La lesión puede extenderse localmente, causando un flemón (una inflamación aguda), un absceso (una bolsa de pus) o un granuloma (una inflamación crónica); o bien puede diseminarse a distancia.

El estadio final de la caries es la pérdida de la pieza.

Los factores de riesgo de la aparición de caries son:

  • La cantidad de placa bacteriana, que es un cúmulo de detritus y bacterias fuertemente adherido a distintas superficies dentales. En la cavidad oral existen muchas especies de bacterias y de hongos que influyen en la caries.
  • La cantidad de horas diarias en las que hay sacarosa en la cavidad bucal. Aumentará si se toman dulces muy a menudo o si son sustancias pegajosas, que quedan adheridas a los dientes.
  • Las características personales: la forma y la composición del diente, las características de la saliva, etc.

OTRAS ENFERMEDADES COMUNES:

  • La periodontitis: Es la inflamación del tejido que rodea a los dientes. Es la causa más frecuente de pérdida dental, en especial en la segunda mitad de la vida. Suele iniciarse con una inflamación de la encía (gingivitis) y después se extiende a todos los elementos de sostén del diente. Lo más apropiado es la prevención mediante la higiene bucal sistemática y el uso diario de seda dental. El tratamiento depende del especialista.
  • El herpes labial recurrente: Cursa con vesículas en el borde externo de los labios o en la mucosa oral. Las vesículas duran entre 3 y 7 días. Lo causa la infección por una variedad del virus del herpes, con la ayuda de algún desencadenante, que varía según la persona. El tratamiento es sintomático, para aliviar el dolor y evitar la sobreinfección. El aciclovir tópico no acorta la duración de la enfermedad.
  • La candidiasis bucal: Es la infección de la cavidad oral por el hongo Candida albicans, aprovechando una disminución de la inmunidad de la persona. La infección suele manifestarse como muguet, unas placas blanquecinas que se desprenden fácilmente, dejando una superficie algo hemorrágica.


ENFERMEDADES DEL TUBO DIGESTIVO

Vamos a ver las enfermedades más comunes del tubo digestivo, como son: la gastritis aguda, la úlcera péptica, el cáncer gástrico, la malabsorción, el síndrome del intestino irritable y el cáncer de colon y recto.

GASTRITIS AGUDA

La gastritis aguda es una inflamación de la mucosa gástrica, de inicio súbito; cursa con erosión local, necrosis y hemorragia.

Las gastritis leves pueden producir náuseas, vómitos y dolor epigástrico, e incluso cierta alteración del estado general. Las gastritis más graves pueden cursar con dolor más intenso, vómitos con sangre y tal vez anemia aguda. En estos casos el diagnóstico suele necesitar una endoscopia.

El tratamiento de la gastritis tiene una de sus bases en evitar los desencadenantes: el alcohol, el tabaco, los líquidos calientes, los condimentos picantes, el café, las situaciones que causen ansiedad, los medicamentos irritantes de la mucosa gástrica, etc.

Entre esos fármacos están muchos antiinflamatorios. Si la toma de esos medicamentos es imprescindible, es conveniente tomarlos en dosis pequeñas, disueltos en agua o en leche y después de haber tomado alimentos, y se deberá suprimir su toma tan pronto como sea posible. El otro pilar es aliviar los síntomas, siguiendo una dieta suave durante el tiempo necesario y tomando fármacos protectores de la mucosa gástrica.


ULCERA PÉPTICA

La úlcera péptica es una ruptura de la mucosa del estómago y a veces de las capas más profundas. Afecta a la primera porción del duodeno o al estómago.

Era una de las enfermedades más comunes en la época intermedia de la vida, de curso crónico, hasta que se descubrió el papel que tenía en ella la bacteria Helicobacter pylori. Los científicos australianos Barry Marshall y Robin Warren descubrieron que esta bacteria colonizaba el antro gástrico de casi todas las personas enfermas de úlcera gástrica, de úlcera duodenal y de gastritis. Estas enfermedades se sanaban al eliminar el Helicobacter mediante antibióticos. Después se descubrió que la bacteria coloniza el estómago de por lo menos el 50 % de las personas, pero que sólo al 15 % les causa trastornos. El año 2005 dieron a Marshall y a Warren el premio Nobel de Medicina por este descubrimiento.


CÁNCER GÁSTRICO

El cáncer gástrico es un cáncer frecuente, peligroso y muy relacionado con el estilo de vida. Aunque su mortalidad va reduciéndose, aún mata en España a unas seis mil personas cada año.

Su incidencia (número de casos nuevos por año) está relacionada con el consumo de alcohol y tabaco y con el consumo de salazones o salmuera, de ahumados o de asados a la brasa y también con el consumo escaso de frutas, verduras u hortalizas. Muy probablemente influyen también las concentraciones elevadas de nitratos en el agua de bebida.

El tratamiento con intención curativa consiste en la exéresis de la porción de estómago en la que está el cáncer, lo que significa una gastrectomía parcial, más la extirpación de los ganglios linfáticos próximos, porque a menudo este cáncer se disemina por vía linfática. Es un cáncer con mal pronóstico, porque de las personas operadas con pretensión curativa solamente un 30 % sobreviven a los 5 años.


MALABSORCIÓN

El síndrome de malabsorción intestinal es el conjunto de signos y síntomas causados por la absorción deficiente de nutrientes.

Las manifestaciones iniciales de la malabsorción son inespecíficas y quizá intermitentes: cambio de ritmo intestinal y heces más voluminosas y pálidas. Más adelante llegan la astenia y el adelgazamiento.

Una de las causas de malabsorción es la intolerancia al gluten o celiaquía, que afecta a uno de cada mil recién nacidos. Otra, aún más común, es el déficit del enzima lactasa que afecta a una de cada veinte personas adultas. La única solución en ambas enfermedades es dejar de consumir los alimentos que contengan harina de trigo en el primer caso o lactosa en el segundo. Son comportamientos difíciles de seguir en la práctica, porque multitud de alimentos contienen esas sustancias.


SINDROME DE INTESTINO IRRITABLE

Es un trastorno complejo, con diferentes manifestaciones; las más comunes son dolor abdominal crónico y estreñimiento o bien diarrea líquida con moco generalmente matinal, intermitente durante meses o años, a menudo sin dolor, o bien episodios alternados de ambos. Se acompaña de disfagia, dispepsia (malas digestiones), vómitos y flatulencia. No se le ha podido encontrar una causa orgánica, pero es una alteración gastrointestinal frecuentísima en las consultas ambulatorias. Es más común en mujeres que en hombres y suele iniciarse en la infancia o la adolescencia.


APENDICITIS

Es la inflamación del apéndice vermiforme. Es una causa frecuente de dolor abdominal de causa quirúrgica en la infancia. El dolor puede remitir en pocas horas y tal vez reaparecer días o meses más tarde. Pero si no remite, suele indicarse la extirpación quirúrgica del órgano.


HERNIA INTESTINAL

Una hernia intestinal consiste en la salida de un asa de intestino delgado a través de un defecto de la pared abdominal.

El orificio puede estar en la ingle, cerca de los genitales, un poco más lateral o en el ombligo. La porción de intestino sale cada vez que la persona contrae los músculos abdominales, para reír, toser, levantar un peso, etc.

Si la persona puede reintroducirse el asa intestinal sin dificultad en la cavidad abdominal, no será un problema que necesite una solución urgente. Sin embargo, llegará un momento en que la reintroducción no será posible y el intestino podrá quedar estrangulado en el orificio herniario, de manera que perderá su irrigación y podrá llegar a gangrenarse. Entonces sí que necesitará una solución urgente.


CANCER DE COLON Y RECTO

El cáncer de colon y recto es la segunda causa de muerte por cáncer en España, tanto para los hombres como para las mujeres, y su incidencia crece paulatinamente. La mayor parte de las personas afectadas son mayores de 50 años. Los familiares de estos enfermos tienen triplicado el riesgo de sufrir cáncer de colon y recto.

Entre las manifestaciones que puede producir se encuentran el dolor abdominal, las rectorragias y las melenas, aunque algunas personas no los sufren hasta que la enfermedad está muy avanzada.

El tratamiento combina diferentes abordajes: radioterapia, quimioterapia e intervención quirúrgica. A menudo se recomiendan unas sesiones de radioterapia antes de la intervención quirúrgica. En la operación, el objetivo fundamental es la escisión del área invadida por el tumor, pero también se plantean las intervenciones paliativas para eliminar la obstrucción del colon. La supervivencia a los cinco años de estas personas depende fundamentalmente de la extensión del tumor en el momento del diagnóstico y de la edad de la persona afectada.


ENFERMEDADES DE LAS GLÁNDULAS

Las más comunes son las hepatitis, la esteatosis hepática no alcohólica, la cirrosis y la colelitiasis.

LA HEPATITIS

Es la inflamación de las células del hígado, con necrosis difusa o focal.
Las causas más comunes de hepatitis son las infecciones víricas y en segundo lugar, el alcohol y los fármacos.
De las infecciones diferenciamos 3 tipos:

  • La hepatitis A: Está causada por un virus, el virus de la hepatitis A. Se transmite casi exclusivamente por vía fecal-oral, mediante el contacto directo entre personas o mediante las aguas residuales o los alimentos y bebidas contaminadas. Causa una afectación leve y de corta duración, sin producir infección o hepatopatía crónica. Su mortalidad es inferior al 1 % de las personas afectadas.
  • La hepatitis B: La causa también un virus, el de la hepatitis B. Aproximadamente el 1 % de las personas adultas están infectadas y lo transmiten por vía parenteral (sangre, esperma, flujo vaginal, leche materna), principalmente durante las relaciones sexuales o por contacto íntimo. Sus manifestaciones son más graves y más duraderas que las de la hepatitis A, con complicaciones frecuentes, que llegan a matar al 10 o 20 % de las personas infectadas. La vacuna protege a más del 95 % de las personas adultas inmunocompetentes y tiene pocos efectos adversos.
  • La hepatitis C: La infección por el virus de la hepatitis C tiene un mecanismo de transmisión similar al de la hepatitis B, pero un riesgo más alto de llevar a hepatitis crónica, a cirrosis o a cáncer de hígado. La sufren del 2 al 3 % de las personas adultas y en particular el 80 % de las toxicómanas.


LA ESTEATOSIS HEPÁTICA NO ALCOHOLICA

En la esteatosis hepática las células del hígado incorporan glóbulos de grasa. Ocurre en las décadas intermedias de la vida y afecta tanto a hombres como a mujeres. Es una situación de riesgo, porque aumenta levemente la mortalidad, en particular cuando afecta a las personas de más edad, a las diabéticas y a las cirróticas. Es un buen marcador de riesgo para futuras enfermedades hepáticas más graves.


LA CIRROSIS

La cirrosis consiste en la desorganización de la arquitectura hepática normal, lo que perjudica el funcionamiento del órgano.

Es la fase final de muchas enfermedades crónicas del hígado y una causa muy frecuente de muerte en España.

En cuanto a su origen, el 35 % de las cirrosis han sido causadas por los virus de la hepatitis, en particular el de la hepatitis C. Pero el 60 % las ha causado el consumo de alcohol: sufren cirrosis el 20 % de las personas alcohólicas con consumo intenso, generalmente hombres de más de 40 años.


LA COLELITIASIS

Colelitiasis significa la presencia de cálculos en la vesícula biliar.

Es más frecuente en mujeres y en personas mayores. Los factores predisponentes son: una dieta hipercalórica y rica en colesterol, la obesidad, la diabetes o los antecedentes familiares de colelitiasis.


LA OBESIDAD

Se define como el exceso de grasa corporal.
Por eso las medidas basadas en el peso de la persona son insuficientes:

  • ¿pesa más porque tiene huesos más gruesos o bien más músculo?, 
  • ¿pesa más porque tiene más grasa? 
Una persona robusta tiene unos huesos y unos músculos más pesados que otra delgada de la misma altura y por lo tanto ha de pesar mucho más para tener un exceso de grasa.

Los factores de riesgo de la obesidad

Algunos de los factores de riesgo que favorecen la obesidad son:

  • El sedentarismo: Es la causa principal de la obesidad en la mayoría de las personas. Aquellas que practican poco ejercicio físico tienen menos necesidades calóricas, así es que, si no comen menos, engordarán. Por eso tienden a ganar peso quienes llevan a cabo trabajos con pocas exigencias físicas, las personas ancianas, las inmovilizadas por los dolores o simplemente aquellas poco aficionadas a moverse.
  • La edad: La frecuencia de obesidad se duplica entre los 20 y los 50 años. Y el 15 % de los jóvenes españoles de 15 años están obesos.
  • El sexo: Las mujeres tienen más facilidad para engordar, sea por el uso de anovulatorios, por el embarazo o por la menopausia.
  • No cocinar en casa: Las comidas preparadas, comer fuera de casa o tomar aperitivos llevan a comer demasiadas grasas y azúcares.
  • La herencia genética: Algunas personas engordan enseguida y a otras les cuesta conseguirlo.
  • La ansiedad, la frustración o el aburrimiento: Facilitan el aumento de peso de algunas personas.

En alrededor del 2 % de los casos la causa es una enfermedad endocrina o la toma de ciertos medicamentos.


Las manifestaciones y las complicaciones de la enfermedad 

Con el paso de los años la obesidad aumenta los riesgos de enfermedad y de muerte y cuanto mayor sea el exceso de peso, más frecuentes y más graves serán los trastornos que se sufrirán.

  • Las articulaciones: Dolor lumbar y artrosis, especialmente de las caderas, de las rodillas y de los tobillos.
  • Los músculos: Se cansan más y la persona obesa hace menos ejercicio
  • La respiración: Neumonías e insuficiencia respiratoria.
  • El corazón: Arritmias e insuficiencia cardíaca. Cardiopatía isquémica, porque en las personas obesas son más frecuentes la hipertensión arterial y el exceso de colesterol-LDL y de triglicéridos.
  • El páncreas: Aumenta la resistencia a la insulina y lleva a la diabetes de tipo II.
  • La piel: Irritaciones e infecciones.
  • El embarazo: Toxemia del embarazo, hipertensión o diabetes.
  • Cánceres: De esófago, de hígado, de colon, de sigma y recto, de mama, de pulmón, de riñón, de próstata...
  • Otras enfermedades: apnea del sueño, reflujo gastroesofágico, colelitiasis, incontinencia urinaria, infertilidad...
  • Estado psíquico: Dificulta las relaciones sociales y aumenta el riesgo de ansiedad y de depresión.


El pronóstico y la prevención de la obesidad

El pronóstico de la enfermedad es malo, porque sin tratamiento tiende a agravarse, porque su tratamiento continúa siendo poco eficaz a largo plazo y porque los esfuerzos repetidos para perder peso pueden llevar a la ansiedad o a la depresión. Así es que es más efectivo evitar su aparición.


El tratamiento de la obesidad

Las opciones terapéuticas reales para adelgazar se basan en:

  • Comer menos, gastar más o ambas cosas. Al incorporar menos energía de la que se gasta, se obliga al organismo a quemar la grasa de reserva.
  • Aprender a alimentarse correctamente para no engordar más. Es una reeducación que, como todas, pide tiempo: hay que ir perdiendo peso gradualmente y acostumbrarse a los hábitos nuevos.

Pero hay personas que con eso no tienen suficiente y son las que deberían añadir psicoterapia, medicamentos o cirugía.





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